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L’1 de novembre de 2014, el Partit dels i les Comunistes de Catalunya va acordar la seva dissolució com a partit polític i la cessió de tot el seu capital humà, polític i material a una nova organització unitària: Comunistes de Catalunya.

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La expresión eje del mal [1] fue utilizada por primera vez por el presidente de los Estados Unidos George W. Bush en su discurso del Estado de la Unión el 29 de enero de 2002, tres meses después de comenzar la guerra de Afganistán, para describir a los regímenes que según Estados Unidos apoyaban el terrorismo, o sea para señalar a las naciones que no se doblegaban ante el dictado de Washington. Las que Bush mencionó en su discurso fueron Irak, Irán y Corea del Norte, a los cuales posteriormente se añadieron Libia, Siria y Cuba [2]. Más tarde se agregaron otros cuatro estados más: Bielorrusia, Mianmar, Sudán y Zimbabwe y en más de una ocasión hubo alusiones claras a China, e incluso Rusia. La globalización neoliberal conducida con esplendor por los Estados Unidos requería un claro dominio de la cultura occidental sobre todo el planeta. Solo desde este punto de vista es como se entiende mejor la tesis de Samuel Huntington [3]. Mientras hubiera disidencia de naciones se produciría un choque de civilizaciones. La asimilación y aculturación de todos los pueblos y culturas al orden norteamericano ha sido diseñada por su amigo Zbigniew Brzezinski [4] el gran estratega militar y mediático, que al término de la guerra fría estableció las prioridades para la hegemonía global estadounidense. Era obligado extender a todas las naciones, con independencia de la civilización de la que provengan, el modelo de democracia y derechos humanos occidental de manera que se lograra un mundo ordenado, homogéneo y de pensamiento único. Este era en resumen la aspiración expresada por Francis Fukuyama en su famoso artículo EL FIN DE LA HISTORIA.

De los once países menores de la lista, los EEUU han destruido, desde entonces, tres de ellos, Irak, Afganistán y Libia, con más de cientos de miles de muertos en los dos primeros y de 50.000 el tercero [5]. No han podido hacerlo con Bielorrusia por la firme oposición de Rusia con la que ya no contaron tras el desencuentro con Putin a comienzos de 2005. Tampoco lo consiguieron con Zimbabwe, ni con Myanmar ni con Corea del Norte por la apuesta firme que China ha hecho para impedirlo, una China, sin duda, que ha acelerado la entrada su escena mundial, tras el desastre de las economías de los EEUU yla Unión Europea. Después de haber destruido Libia, ahora buscan la devastación de Siria y ya se anuncia la de Irán como la siguiente.


Como puede apreciarse, el plan estaba claramente trazado de antemano, aunquela Gran Recesión ha acelerado su cumplimiento a marchas forzadas. Túnez y Egipto no estaban en la lista, eran países sometidos al dominio de Occidente y como se comprueba tienen un tratamiento bien distinto, lo mismo que Bahrein o Marruecos. El estallido de la rebelión popular pilló desprevenidos a Francia, Gran Bretaña y EEUU, los cuales siguen teniendo un gran control sobre su comercio y mucho más sobre sus Fuerzas Armadas y Servicios de Inteligencia.

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