MANIOBRA DERECHISTA
CONTRA FERNANDO LUGO
Todo fue debidamente
pensado y enmascarado, de manera que resulta difícil desentrañar quién está
detrás del golpe de estado express que se intenta ejecutar contra Lugo. Hasta el
momento ha aparecido solo como partícipe la oligarquía paraguaya, con una
mayoría en el Congreso, apostando por el continuismo de Stroessner, que no es
otra cosa que mantener los privilegios tradicionales de los grandes
latifundistas y de otros poderosos sectores de la
derecha.
El primer elemento a
tener en cuenta es que el abandono de Lugo en el Congreso por parte del Partido Liberal, al adhesionarse el mismo
con los demás partidos de la
derecha, Partido Colorado, UNACE y Patria Querida, fue el detonante para un
enjuiciamiento absurdo al mandatario, mediante todavía más absurdas
razones.
Al mismo tiempo, las FF
AA y el clero apenas han tenido un protagonismo significativo dentro del
contexto político de las últimas horas. La cúpula militar pide calma, pero no
sale a la palestra con una airada defensa a la constitucionalidad. Por su parte,
la Iglesia sugiere a Lugo evitar un conflicto y tácitamente le sugiere la
renuncia.
Estados Unidos, que ha
desarrollado una amplia penetración dentro del país mediante los Cuerpos de Paz,
la USAID, la NED y numerosas ONGs, mantiene un sospechoso silencio cómplice.
Muchos de los que
promovieron el ascenso de Lugo a la presidencia se mantienen ajenos al conflicto
y solo los grupos sociales se han movilizado en apoyo al presidente. ¿Tendrán
estas fuerzas la capacidad para detener la maniobra putchista del Congreso?
Hasta el momento el secretario General del Frente Guazú, Ricardo Canese, convocó
a una manifestación pacífica de apoyo a Lugo, mientras se ha iniciado una
movilización de organizaciones sociales, sindicales y de campesinos hacia la
capital paraguaya para respaldar al presidente.
Lugo, por su parte, ha
seguido las reglas de juego constitucionales y decidió someterse al juicio
político interpuesto contra él. Está claro que carece de capacidad defensiva
interna dentro de los estratos gubernamentales, ya que solo cinco miembros del
senado se han alineado a él y varios de sus ministros han renunciado. Por otro lado, aún dentro de las
izquierdas, divididas y frágiles, permanece latente el efecto de la manipulación
mediática sobre los sucesos de Campo Morombi (Marina Cue), en Curuguaty,
departamento de Canindeyú.
Detrás del intento de
golpe se mueven turbios intereses políticos de la derecha. De ser relevado Lugo
de la presidencia, automáticamente sería nombrado el liberal Francisco Franco,
que ocupa la vicepresidencia, lo que le daría la oportunidad a su partido de
ganar espacios políticos, apenas nueve meses antes de las elecciones, en
detrimento de su coyuntural aliado, el Partido Colorado. Este hecho podría crear
condiciones adversas para el más importante de derecha, quien podría dar un giro
en sus posiciones como una alternativa táctica, dejando a Lugo en la presidencia
en su proceso de desgaste político que ha sufrido y que lo ha llevado de un 93 %
de aceptación a apenas un 30 % en la actualidad. Las causas son diversas:
minoría en el Congreso de su frágil coalición, reclamos de paternidad mientras
ejercía su oficio clerical, cierta complacencia con los Estados Unidos y sus
agencias injerencistas en Paraguay, así como su supuesta complicidad con los
hechos de Curuguaty. Hay quienes han cuestionado, incluso, un posicionamiento
pro yanqui tras bambalinas y han llegado a verlo como una interferencia de la
geopolítica norteamericana, una brecha, dentro de los procesos integracionistas
latinoamericanos.
El realidad, Lugo más que
un político, fue un movilizador de masas, fundamentalmente con el campesinado,
lo que le granjeó simpatías y nunca se le vio como un ente comprometedor y
peligroso para los intereses hegemonistas norteamericanos. De esta forma fue
electo presidente en abril de 2008. Se sabía de antemano que no podría destruir
la férrea estructura de dominación existente en el país, aunque solo pudiera
lograr algunas reformas limitadas. El Congreso estaba para detenerlo en nombre
de la oligarquía, así como el propio clero, las FF AA y una poderosa embajada
yanqui campeando por sus respetos. En resumen, Lugo pudo hacer solo lo que se
permitió: gratuidad en la salud pública, ayuda monetaria a familias de escasos
recursos y otras, pero nunca pudo resolver el grave problema de la desigualdad
de la tenencia de la tierra en el país.
PROCEDIMIENTO PARA
ENJUICIAR A LUGO
Ciertamente, el artículo 225 de la Constitución Nacional
indica que tanto el Presidente de la República, el Vicepresidente, los ministros
del Poder Ejecutivo, así como otros funcionarios públicos, pueden ser sometidos a juicio político por mal
desempeño de sus funciones, por delitos cometidos en el ejercicio de sus cargos
o por delitos comunes. Para ello, la Cámara de Diputados puede establecer la
base legal para un enjuiciamiento al contar con el apoyo de los dos tercios de
sus integrantes. Luego el Senado establece el juicio y determina la sentencia.
Hasta allí, eso es lo que dice la ley vigente. Sin embargo, la manipulación de
la realidad, las falsas acusaciones, los montajes y las conspiraciones, son otra
cosa.
Lugo será enjuiciado por
acusaciones montadas deliberadamente por la derecha. Le están pasando la factura
no simplemente por los sucesos de Curuguaty. Hay en el trasfondo otras razones
más fuertes. De esta forma, hoy se sabrá cuál será su destino político, aunque
muchas cosas pueden suceder.
LA MASACRE DE CURUGUANTY, CAUSA APARENTE DE
LA MANIOBRA CONTRA LUGO
Lo sucedido en Curuguaty
fue todo un montaje fabricado y en el mismo participaron francotiradores profesionales colocados
en los alrededores del enfrentamiento entre los campesinos y la fuerza policial
que pretendía desalojarlos. ¿Quiénes eran realmente estas fuerzas élites que
provocaron la muerte no solo de policías, también de campesinos, para magnificar
el conflicto? La versión más fácil ha sido culpar al Ejército del Pueblo Paraguayo (EPP),
quien absurdamente no ha hecho declaración alguna al respecto.
Lo absurdo del hecho es
que fue un enfrentamiento entre los sin tierra y un latifundista perteneciente
al partido Colorado, Blas Riquelme. Aquí es, precisamente, donde surgen las
preguntas y las suspicacias: ¿No habrá el propio Riquelme quien contrató a los
francotiradores o los reclutó dentro de las FF AA o la Policía? ¿No habrá sido
un operativo montado con anticipación en el que podrían haber participado
fuerzas élites de EE UU, asentadas en esos momentos en el cercano
Uruguay?
Lo cierto es que el
desenlace no benefició a Lugo, ni a los sin tierra. Creó un precedente sin
parangón para frenar cualquier intento por llevar a cabo políticas de
redistribución de la tierra en el país y abrió el camino a la
confabulación.
¿Quién se benefició
realmente de estos sucesos? Obviamente, la propia derecha latifundista que
encontró una justificación para llevar a Lugo a la picota pública, debilitar su
apoyo dentro de los órganos policiales y armados, al sustituir al Ministro del
Interior y al Jefe de la policía nacional, y, a la par, sembrar aún más
divisiones dentro de la ya fraccionada izquierda paraguaya, que fue incapaz de
desentrañar la sucia jugada puesta en marcha. Muestra de ello, lo fueron el
comunicado de la Coordinadora Latinoamericana de Organizaciones del Campo,
CLOC/Vía Campesina Paraguay, que aglutina a CONAMURI, MCNOC, MAP, MCP, ONAI y
OLT, donde se cuestionó la incapacidad del gobierno por llevar a cabo una
Reforma Agraria en el país; al que se sumó el del Partido Comunista del Paraguay
(PC-Paraguay), donde se tildó a Lugo, incluso, de responsable de la masacre.
Creo realmente que la
oligarquía logró sus pretensiones anheladas: quitarse a Lugo del medio y minar
su base de apoyo en el país. Las declaraciones apresuradas de estas organizaciones, su falta de visión
estratégica, les impidió ver la cercanía de males mayores como los que se gestan
hoy en Paraguay. Faltó análisis, comunicación, olfato y, sobre todo, primaron
las ya viejas y nada productivas divisiones de la izquierda. Otra vez, con la
actitud del Partido Liberal de sumarse a los otros partidos de la oligarquía
demostró que, a veces, la derecha es capaz de unirse con más prontitud, visión y
oportunismo, que la izquierda.
Varias organizaciones
como Tekojoja, Unace y ANR, así como los dirigentes de distintas organizaciones
sociales, dijeron no estar, hasta el momento, decididos sobre qué pasos dar
sobre el enjuiciamiento a Lugo y fijar una posición al
respecto.
REPERCUSIONES
INTERNACIONALES
Un papel importante en
garantizar la constitucionalidad en Paraguay lo están representando en estos
momentos varios países y organismos internacionales de Latinoamérica como
UNASUR, el ALBA, el PARLATINO, organizaciones progresistas internacionales y los
movimientos sociales en la región.
El Secretario General de
UNASUR, Alí Rodríguez Araque, en compañía del los cancilleres de Brasil, Antonio
Patriota y de Venezuela, Nicolás Maduro, se mantienen reuniendo con dirigentes
del Partido Colorado, con el presidente del Senado, Oviedo Matos, y con vicepresidente
Federico Franco.
Con su acostumbrada
maleabilidad, incluso la OEA pidió respeto a la democracia en Paraguay y convocó
a una reunión del Consejo
Permanente de la OEA, en Washington, para "tomar conocimiento de los acontecimientos
en la República del Paraguay".
Mientras la Unión Europea
y los propios Estados Unidos han permanecido a la expectativa, sobresalieron en
sus denuncias Evo Morales y Rafael Correa.
Un portavoz del
Departamento de Estado de EE UU, William Ostick, se limitó a pedir “Es
críticamente trascendente que esas instituciones actúen de una manera
transparente, y que los principios del debido procedimiento y los derechos de
los acusados sean escrupulosamente respetados”, sin manifestar la más mínima
condena al golpe de estado institucional.
HORAS DE
ESPERA
Mientras Lugo solicitó
suspender el enjuiciamiento a la corte política montada en el Senado, a través
de sus abogados, el pueblo se va concentrando en espera de la culminación del
proceso legal. Según su abogado,
Adolfo Ferreiro, "El presidente Lugo pide a la Corte suspender el juicio
político hasta tanto se otorguen las garantías constitucionales para la
defensa". En este sentido, Lugo solicita tiempo para armar su defensa de forma
adecuada.
Empero, el Senado le negó
ese tiempo, ya que lo que se pretende es culminar la acción golpista. Lugo, por
decisión propia, no asistirá al juicio montado contra él, observando su
desarrollo desde el Palacio de Gobierno, mientras es representado por sus cuatro
abogados.
Las Fuerzas Armadas y la
Policía se encuentran acuarteladas y el Congreso es custodiado por miles de
efectivos, en previsión de un conflicto.
Es difícil predecir cómo
culminarán los acontecimientos de hoy, pero presupongo que las presiones
internacionales, las negociaciones entre los partidos políticos, la actitud de
apoyo por parte de una gran parte del pueblo hacia Lugo, hagan prevalecer la
razón. De todas maneras, si este Plan A contra Lugo no se cumple hoy, siempre
habrá un Plan B.
Percy Francisco Alvarado
Godoy.