El PCdoB avanza empeñándose por mayores conquistas en el segundo turno
El resultado de las elecciones municipales aún inconclusas contraria, hasta el momento, las expectativas del campo conservador que esperaba imponer una derrota a la base de sustentación política de la presidenta Dilma Rousseff. Tales expectativas fueron y son; alimentadas por la envestida corrosiva y pesada de gran parte de los medios de comunicación contra el PT y el ex presidente Lula y, por extensión, a los partidos políticos de izquierda, valiéndose de una manipulada cobertura del juicio denominado “mensalão”.
Por otro lado, finalizado el primer turno, el PSDB retrocedió y el DEM quedo fragilizado. El cierre del segundo turno, principalmente en São Paulo, Salvador y Manaus, definirá mejor el cómputo general de las elecciones, lo que exigirá redoblar los esfuerzos de la base aliada del gobierno de la presidenta Dilma Rousseff.
En este escenario, el PCdoB lanzó el mayor proyecto electoral de todos los tiempos, mostrándose positivos los resultados de este primer turno, pues exhiben un avance gradual de la agremiación partidaria y un realce de su papel político y visibilidad ante el pueblo.
El gran destaque del PCdoB es su presencia con candidaturas para alcalde o vice en capitales y ciudades importantes. Con este movimiento, el Partido se colocó en el centro de varios de los principales enfrentamientos de estas elecciones. Conquistó 51 alcaldías – 10 más que en 2008 – y va a disputar en segundo turno en una importante capital, Manaos, además de otras tres importantes ciudades: Contagem (MG); Belford Roxo (RJ) y Jundiaí (SP). Entre las victorias del proyecto del PCdoB se destacan dos municipios importantes: la reelección del alcalde Reñidlo Calheiros, de Olinda (PE), cuarto mandato consecutivo de la agremiación; y la reelección de Isaac Cavalcante de Carvalho, en Juazeiro, municipio relevante del páramo bahiano.
Subrayase aún, la elección del vice alcalde de Recife, el diputado Luciano Siquiera. En el segundo turno, el PCdoB disputa la vice en cuatro capitales: São Paulo; Salvador; Belem; y Rio Branco.
Disputó seis capitales: Manaus, Porto Alegre, Florianópolis, Fortaleza, Goiânia y Macapá. En las tres primeras había mejores posibilidades de ir a segundo turno. En Manaos se concretó y en el caso de Florianópolis no se alcanzó por una diferencia mínima. En Porto Alegre, a pesar de haber realizado una gran campaña, no se alcanzo el objetivo. Incluso con estos reveses, en general, se puede afirmar que el Partido acumuló fuerzas y sus líderes, como en el caso de Ângela Albino (Florianópolis) y Manuela D´Ávila (Porto Alegre), salieron fortalecidos. Una vez más se revela la fuerza social y electoral de las mujeres, de las líderes femeninas del PCdoB.
En las Cámaras Municipales el Partido obtuvo un incremento del 50% en el número de asientos, eligiendo a más de 900 concejales (hombres y mujeres). Se trata de un éxito relevante, tanto por la expansión cuanto por el hecho de que fue lanzada una cantidad razonable de listas únicas. En las capitales, a pesar de no haber conseguido reelegir algunos lideres, conquisto 21 mandatos, el mismo número de 2008.
Una vez finalizado el segundo turno, el Partido realizará un balance de su participación, pero el resultado ya se anuncia favorable. La agremiación sigue un ciclo gradual y creciente de su fuerza político-electoral. El PCdoB no poseía en su horizonte y a corto plazo la posibilidad de dar saltos en los procesos electorales. Un crecimiento mayor, va a depender de la evolución del actual proceso de acumulación y de varios condicionantes políticos a nivel nacional e incluso internacional. Tres factores deben de ser destacados para comprender los éxitos alcanzados. Las propuestas y los programas que el Partido defendió teniendo como núcleo la construcción de ciudades modernas y más humanas; su militancia, que mostró su capacidad de movilización y aglutinamiento de otras camadas de seguidores (adherentes); y, finalmente, los lideres, que salieron más prestigiados y respetados. Por último, en esta confrontación es necesario considerar que la actual configuración de las disputas electorales es desigual, una vez que demandan elevados recursos y estructura.