Avís important

L’1 de novembre de 2014, el Partit dels i les Comunistes de Catalunya va acordar la seva dissolució com a partit polític i la cessió de tot el seu capital humà, polític i material a una nova organització unitària: Comunistes de Catalunya.

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Deseo que todos, cada uno de vosotros, que tenga su motivo de indignación. Es necesario. Cuando algo te indigna, como yo estuve indignado por el nazismo, entonces te vuelves militante, fuerte y comprometido. Vas a parar a esta corriente de la historia, y la gran corriente de la historia hay que continúe gracias a cada persona. Y esta corriente se dirige hacia más justicia, más libertad, pero no esa libertad incontrolada del zorro en el gallinero. Estos derechos, que la Declaración Universal redactó en forma de programa en 1948, son universales. Si se encuentra alguien que no se beneficia, ten piedad-en y ayudar a conquistarlos.”
Stéphane Hessel

Superviviente del campo de Buchenwald

Autor de Indignaos


Por supuesto que hay motivos de indignación, cuando te q

uieren arrebatar los derechos no hay tiempo para dudar, no hay espacio ni para la complacencia ni para la equidistancia.
Sólo hay que pensar en la generación de Stéphane o los republicanos y republicanas españoles que lucharon contra el fascismo de Hitler y de Franco, sin ellos y ellas qué sería de nosotros? Encontraron su motivo de indignación y eso les hizo fuertes para resistir y para vencer.

¿Cuáles son hoy en día nuestros motivos de indignación? Los elementos objetivos de la realidad concreta que golpean duramente a nuestro pueblo provocando pobreza, desempleo, precariedad, discriminación, abuso y en muchos lugares del mundo guerra, hambre, enfermedades, desarraigo. ¿Qué da derecho a alguien o a algunos en pleno siglo XXI a dilapidar y arruinar vidas humanas y el propio futuro del planeta?
El capitalismo con tenacidad ha construido un verdadero “Matrix” basado en el dominio ideológico y cultural, apoyado por poderosos medios de comunicación de masas y poderosas instituciones a su servicio, hay que elegir, como en la película, la pastilla correcta y desde el reconocimiento de la realidad reconstruir un entramado, un discurso ideológico alternativo que desnude sistemáticamente las mentiras y falsedades de este sistema corrupto y aniquilador de valores y esperanzas humanas.
Hoy sabemos que los pueblos no son títeres, que los trabajadores y trabajadoras, campesinos y jóvenes estudiantes han dado ejemplos de reacción en Perú, en Brasil, en Túnez, El Cairo, en Madrid o Barcelona. Hoy sabemos que el futuro del pueblo Griego es el nuestro, que su resistencia es la nuestra y que lo que se está dirimiendo no es el rescate de Grecia sino de la Banca Francesa y Alemana que quiso hacer negocios altamente especulativos con los intereses de todo un pueblo.



Hoy conocemos de nuevo como las instituciones que regulan la especulación mundial o europea como los FMI o el BCE no sólo son corruptas sino inmorales, y que colocaron de presidente del BCE al italiano Mario Draghi, que fue vicepresidente de Goldam Sachs, la agencia de valores que maquilló las finanzas griegas, para mayor ganancia de la banca, es como poner al lobo a cuidar de las ovejas.
Hoy sabemos que cerca de 1000 activistas en 10 barcos de paz han zarpado de puertos de toda Europa en la II Flotilla de la Libertad para romper el bloqueo ilegal que Israel perpetra sobre Gaza en Palestina y que este pueblo, el de Palestina, no está solo como no lo está el pueblo saharaui ni los 5 cubanos presos en cárceles norteamericanas.
El impacto político más importante de los resultados electorales del 22 de marzo es el avance brutal y generalizado de la derecha en Catalunya y el conjunto de España. Y la cosa puede ir a peor, no sólo porque el PP puede ganar las generales con mayoría absoluta, sino porque el discurso racista, xenófobo y facha tiene recorrido, penetrando en sectores tradicionales de la izquierda como los barrios de trabajadores de las periferias urbanas o de las ciudades medias, precisamente para terminar de doblar el espinazo a las resistencias de la izquierda todavía organizada, en Catalunya, utilizando la lengua y la inmigración.
Los fenómenos como UPyD, Ciutadans o Plataforma x Catalunya no son casualidades, han sido creados y ideados para asestar el golpe definitivo cuando se pretende resistir, son la autopista que facilitan al PP y CiU el desfile de la victoria.


Si el sentido de lo colectivo, de la solidaridad y los intereses comunes y diferenciados de clase se diluye gracias a una potente y eficaz utilización de los grandes medios de comunicación de masas, los propios cambios dentro del proceso productivo y al modelo productivo imperante de la precariedad-corrupción-especulación, eso durante la crisis, se ha demostrado que consigue prostituir aún más el sentido último de las cosas.
El paro y la precariedad aumentan la ansiedad que se canaliza, no como en el pasado por las organizaciones de los trabajadores, sino por el populismo, racismo y falso sueño americano. Por eso gana el PP corrupto de Camps y racista de García Albiol, aunque el sentido común democrático no pueda entenderlo.
Como dice José Luis Sampedro, se confunde a la gente ofreciéndole libertad de expresión al tiempo que se le escamotea la libertad de pensamiento. Esto, que ha sido muy bien captado por el movimiento del 15-M, nos lleva a la reflexión que hace pocas semanas hacía Oskar Lafontaine al señalar que la democracia no puede ser valorada sólo por sus formas, sino que debe serlo especialmente por sus contenidos, y hoy, camaradas, por desgracia nuestra democracia se presenta muy vacía de contenidos, ya que más que nunca las decisiones de la oligarquía financiera son antidemocráticas y a las instituciones que las reproducen les falta legitimidad.
Hay que indignarse y después o al mismo tiempo organizarse y hacer política.
Sin el aliento de la Huelga General, de las movilizaciones contra los recortes y las jornadas del 14-M y del 15-M, el avance de la derecha aún sería más fuerte y más generalizado.
La Huelga General y la movilización del 19 de junio son dos puntas del iceberg que señalan que hay masa crítica bajo el agua para resistir y detener las políticas de agresión a la clase trabajadora y a los sectores populares
Sin reconstrucción de la clase trabajadora no habrá reconstrucción de la izquierda, y se trata de un duro trabajo en el que la unidad es un factor en este periodo. Hay que abordar las contradicciones sin impaciencia revolucionaria, hoy más que nunca, pero al mismo tiempo sin aceptar la situación de forma acrítica invocando constantemente al mal menor.
Hoy afirmamos como PCC que la política estratégica del Frente de Izquierdas es más válida y necesaria que nunca y que la Unidad de los Trabajadores y de las Izquierdas son principios de pleno valor político en los tiempos que corren
Queda claro que algo está cambiando, de forma más lenta de lo que nos gustaría, pero cambiando. Los recortes que realiza y realizará CiU poco a poco serán percibidos de forma mucho más generalizada, requieren tiempo y práctica. Las políticas del PP en ayuntamientos y comunidades autónomas desmantelarán parte del Estado del bienestar y del sistema público, la cohesión social se resentirá muy en serio. Cuando todo esto pase, la calle estallará mucho más de lo que lo ha hecho hasta ahora.
El movimiento del 15-M es profundamente político, es una política diferente de la dominada exclusivamente por las decisiones institucionales de la izquierda de nuestro país, y enfrentada a los partidos e instituciones que quieren reproducir acríticamente el sistema. Por eso hay que cambiar, para conectar con estas nuevas formas de hacer política.
Nuevas generaciones de gente joven nos observan con nuevos ojos y participarán de la política bajo nuevos parámetros debido a su diferente experiencia vital. Toda una generación de gente joven que nutre al movimiento ha socializado de forma muy diferente a las anteriores generaciones su inclusión social, sin trabajo o en condiciones de precariedad extremas sin estabilidad laboral, con profundos desajustes entre su formación y un mercado laboral precario que ofrece trabajos sin cualificación y mal remuneradas y con altas tasas de fracaso escolar.
La tarea de la izquierda en general y de los comunistas en particular es facilitar las confluencias templando las contradicciones entre los diferentes movimientos de lucha.
La tarea de la izquierda en general y de los comunistas en particular es conectar todas las movilizaciones con la política de transformación, en un momento de especial protagonismo de lo social.
Los programas comunes y mínimos que salen de Sol, Catalunya, los hipotecados, el movimiento vecinal o el sindicalismo de clase, constituyen el cuerpo básico de las demandas / acción y deben ser nuestra hoja de ruta. Hay que convertir este plan en un plan de mayorías y no debe comportar contradictoriamente lo que pedimos en la calle y lo que pedimos en los ayuntamientos y parlamentos.
Debemos trabajar para construir una alternativa social y política en la que participe el sindicalismo de clase, el movimiento vecinal y nuevas expresiones de lucha contra las políticas neoliberales en que se incluirá el movimiento 15-M, el movimiento contrario a los desahucios hipotecarios y otras plataformas críticas con el sistema o con parte de él. Esta alternativa se tiene que construir y darle forma organizativa para poder tener continuidad y capacidad de lucha regular. No queremos una buena batalla sólo, la lucha debe ser permanente, no los detendremos sólo con una buena acción movilizadora, hay que seguir luchando mucho tiempo.


La política y políticos criticables son los que apuntalan el sistema: el bipartidismo, la ley electoral, la corrupción y la alternancia. La izquierda transformadora debe escuchar y cambiar parte de su funcionamiento para abrirse a otras formas diferentes estructuralmente de participar críticamente y de oponerse al sistema capitalista. Los comunistas debemos actuar de facilitadores de estas reconexiones, ya que participamos en los movimientos y las instituciones.

Convirtamos a las mayorías silenciosas a nuestra causa, la causa de las soluciones para la mayoría del pueblo que el sistema ya no puede dar.
No olvidemos lo que la derecha llama complaciente “mayorías silenciosas”, las que han facilitado ampliamente la victoria del PP y de CiU. No se manifiestan en las plazas, pero han sido ampliamente ganadas por el discurso de la derecha y han conducido su indignación contra el PSOE o la inmigración, o ambos a la vez, determinando el resultado electoral. Clases trabajadoras fragmentadas, amplios sectores profesionales a los que golpea la crisis con dureza. Si no les planteamos una alternativa que no se base en el antisocialismo y el recelo de la inmigración que les inculca la derecha lo tenemos difícil. La derecha juega con su frustración y les ofrece un paraíso cercano (la victoria de la derecha llevará trabajo) y les explica sus demonios (una izquierda que no sabe gestionar y nos arruina).
Necesitamos combinar lo cotidiano con los valores de fondo. La cotidianidad la ofrece la organización estable junto a la gente y de ello pueden hablar mucho PP y CiU. Los resultados demuestran que donde la izquierda está bien organizada no sólo resiste sino que obtiene grandes resultados, y estos trabajadores, autónomos y comerciantes, que nos han votado masivamente en algunos municipios, son los mismos que en otros han votado también masivamente al PP o PxC.
Construir y difundir estos “valores de fondo” es una tarea especialmente del partido. Por eso el partido comunista del siglo XXI de la Catalunya actual no es cualquier partido, ni el partido de hace 30 años, es un partido que dota de perspectiva socialista al movimiento y lo hace con la propuesta teórica, con la generación de ideas, con la construcción de una alternativa al capitalismo que se extienda al conjunto de militantes y de frentes de trabajo en que los comunistas operamos.
Al mismo tiempo que el partido ofrece el partido capta, orgánicamente, de nuestro pueblo sus inquietudes, sus anhelos. Es por ello que debemos estar más y mejor organizados, no sólo para proponer sino, y de forma fundamental, para aprender, convirtiendo en política (de forma combinada con la teoría revolucionaria) las esperanzas de nuestra gente.
Y eso no lo podemos hacer en abstracto, por eso hay que organizar más y mejor a las células de las diferentes Federaciones, distribuir el Avant papel y el Realitat y difundir el Avant digital. Hay que seguir, como hormigas, aumentando la afiliación y las cotizaciones. Hemos iniciado con fuerza la nueva etapa de funcionamiento de la Escuela del Partido. El capitalismo es fuerte pero nuestra voluntad de superarlo es más fuerte aún, adelante camaradas!

VIVA LA CLASE TRABAJADORA

VIVA EL PCC

VIVA CATALUNYA