Pietro Ingrao, el hombre que quería la luna, desembarca en Internet a los 96 años , Matteo Puciarelli • • • • •
Pietro Ingrao, el viejo militante de la izquierda italiana, está en la red. En su página www.pietroingrao.it pueden encontrarse fotos, entrevistas, reflexiones y poesías de un comunista crítico pero nunca arrepentido. Que recuerda el pasado para interpretar el presente (e imaginar otro futuro).
Este verano, a mediados de julio, corrió la voz: "Ingrao está mal". Y estar mal, cuando se ha nacido en 1915, solo puede querer decir una cosa. Todo es cuestión de horas, de días como máximo. Pero cuando se habla de uno de los hombres del Partido Comunista Italiano (Pci) más queridos y respetados, ex presidente de la Cámara de Diputados y ex líder del ala izquierda del "Partido", nada puede darse por descontado. Ni en el pasado ni probablemente nunca. Nos lo ha vuelto a recordar un Pietro viejísimo y jovencísimo a la vez, que ahora llega a la red con su www.pietroingrao.it.
El blog se abre con una cita de Brecht: "Llegué a las ciudades en tiempos del desorden, cuando el hambre reinaba. Me mezclé entre los hombres en tiempos de rebeldía, y me rebelé con ellos". Y continúa luego Ingrao, dando la bienvenida a los visitantes: "El mundo ha cambiado, pero el tiempo de las revueltas no ha acabado: renace cada día bajo nuevas formas. Decide tú qué rebeldías y qué pasiones de mi tiempo pueden interpelarte, qué conviene dejar de lado y qué llevar contigo al futuro".
Editada por su hija Chiara, la página de Ingrao recorre su vida. Sobre todo la política. Pero también los afectos. La poesía. El cine, su otra gran pasión. El periodismo, una ocupación vital para quien fue director de L'Unità entre 1947 y 1957. La vida, en lo bueno y en lo malo. Los errores. Como en el 56, cuando se produjo la invasión soviética de Hungría. Aquella noche Ingrao no pudo dormir. Se lo confesó a Togliatti, que le respondió: "yo en cambio he bebido un vaso más de vino". O como en el 68, cuando tuvo lugar la censura al grupo de Il Manifesto. No se sintió capaz de votar contra la expulsión, incluso él que era un poco el padre putativo del grupo. Otros tiempos. Hoy es difícil saber hasta qué punto la adhesión religiosa a aquel Pci fue menos dañina que la actual carrera desenfrenada por ambiciones personales.
También hay sitio en la página para la nostalgia, evidente y legítima. Pero la lectura del pasado es siempre proyección, un intento de comprender el presente y de imaginar el futuro. De conjugar "la fecundidad de la duda con la coherencia en la lucha". Esa palabra, "lucha", es el mantra de Ingrao. No se cansa nunca de repetirla. No encontramos hace unos años en su piso de via Balzani, en Roma, junto a Piazza Bologna. Un apartamento sobrio, ningún palacete. Lleno de libros. En una esquina de la sala podía verse la famosa foto del Che tomada por Alberto Korda. Parecía un pariente más, entre retratos de su mujer, de sus hijos, de sus nietos y bisnietos, de un Ingrao jovencísimo, en sus inicios. Era una entrevista sobre los veinte años del fin del Pci, pero el parecía hablar de las primeras épocas. Añoranzas y desilusiones. "Quería la luna", diría en su autobiografía. Pero la desilusión con las pasiones (y los valores) de una época despachada sin demasiada reflexión ya podía palparse. Con todo, los problemas siguen ahí. Siguen las desigualdades, el sistema no se sostiene. Y si parece hacerlo, asegura Pietro, es porque "el adversario no deja de lanzar su mensaje, todo el día, a millones de personas, moldeando las mentes, informando los discursos y la voluntad. Adueñándose, en suma, del imaginario".
En algunos de sus versos, Ingrao parece triste. Como en la poesía "Distancias": "Y sin embargo estamos lejos, dispersos/ no nos unen/ al actuar/ nuestras enloquecidas carreras/ el susurro del video/ la sed/ de mando/ el desolado deseo/ de estrecharnos en la palabra". Pero el sentido y el porqué del recuerdo, de la memoria, para los jóvenes, queda reflejado en estas palabras: "De nosotros descendéis/ De lo que fuimos/ La rosa no estaría allí / Si nos borrases, un abismo se abriría".
De repente resurge, así, la invitación inicial de Ingrao: "Decide tú qué revueltas y qué pasiones de mi tiempo pueden interpelarte, qué conviene dejar de lado y qué llevar contigo al futuro". Saber que el viejo Pietro sigue aquí y "lucha" junto a nosotros es un hermoso pensamiento.
Matteo Puciarelli es un joven periodista del grupo Espresso. Escribe sobre política en Reppublica.it y acaba de publicar Gli ultimi mohicani. Una storia de democrazia proletaria, Alegre, Roma, 2011.
Traducción para: www.sinpermiso.info: Xavier Layret
Más información en : Ingrao: "A 96 anni vado sul web per dialogare coi giovani" .
Lo storico esponente del Pci pubblica il suo archivio on line: foto, poesie e discorsi parlamentari. E a Sky.it sulle proteste degli Indignati dice: "I protagonisti di questi giorni sono una straordinaria novità, sia nel bene sia nel male"