“Cumbre de Cartagena, el fracaso exitoso que América latina necesitaba para consolidar su unión”
(Especial
de Prensa. Caracas 17 de abril de 2012).- La VI Cumbre de las Américas
Cartagena 2012 no tuvo declaración final, ya que no hubo consenso entre
los 34 Estados partes, a pesar de que una amplia mayoría de naciones -32
para ser exactos- estuvo de acuerdo en todos los puntos llevados a
debate. Sin embargo, el diputado del Parlamento Latinoamericano, Carolus
Wimmer, sostiene que el “fracaso de esta Cumbre debemos celebrarlo,
porque ratificó el consenso de todos los países latinoamericanos y
caribeños, desde México hasta Argentina”.
“La
Cumbre de Cartagena fue el fracaso exitoso que América Latina
necesitaba para consolidar su unión y los inobjetables lazos comunes
entre todos los países de la región, incluido el Caribe”, expresó el
diputado del Grupo Venezolano del Parlatino. El
parlamentario del Partido Comunista de Venezuela destacó que en la cita
continental se venció el perenne intento de Estados Unidos (EE.UU.) de
imponer su política imperial en la región y de llevar la batuta en este
tipo de reuniones que, desde antes de su inicio, tienen lista una
declaración final, preparada “casualmente” en Washington.
“A
pesar de las diferencias políticas e ideológicas existentes en nuestra
región latinoamericana, hubo unidad de criterios en todos los aspectos.
Hoy, 32 naciones unidas fueron capaces de llevarle la contraria a
EE.UU., algo impensable décadas atrás. Recordemos a Cuba, que por
atreverse sola hace 50 años, aún hoy es víctima de un bloqueo inhumano”,
resaltó. Wimmer
subrayó que la balanza continental dio un giro de 180 grados, puesto
que la visión colonialista de EE.UU. y Canadá está aislada. Mientras que
Cuba, aislada durante décadas, hoy cuenta con total respaldo de los 32
países de una región que reclama su presencia en la próxima cita.
Lucha antiimperialista “El
mayor éxito en Cartagena es la firme posición antiimperialista toda
Latinoamérica y el Caribe, no sólo en el caso de La Habana, sino también
en lo referente a las Islas Malvinas y la lucha argentina por recuperar
un territorio que histórica y geográficamente le corresponde como
suyo”, aseveró. El
parlamentario indicó que EE.UU. intentó de todo para romper el trabajo
unitario, pero no lo logró.
“Ni siquiera con presidentes proyanquis,
como los casos de Chile, Colombia y la región del pacifico
centroamericano, además de México; donde ellos tienen la fortaleza de
presionar y amenazar”. Wimmer
recordó que por segunda ocasión consecutiva culmina una Cumbre de las
Américas sin consenso, única y exclusivamente por la participación de
EE.UU. y “su filial” vecina Canadá. Motivo por cual, señaló que
Cartagena pudo ser el fin de de las reuniones continentales donde EE.UU.
tiene poder de veto.
En
ese sentido, refirió que no sólo se trata de rechazar los instrumentos
del imperialismo para imponer sus dictámenes, sino también de construir
“nuevos caminos revolucionarios”, tal como se está haciendo con la
Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños, Celac; que busca
romper ese yugo neocolonial. “Seguir
trabajando en la Organización de Estados Americanos (OEA) tiene poco
sentido.
En cambio, la Celac constituye un proceso de transición a
través del cual podemos convencer a los países que aún están bajo
control de la política estadounidense a marchar hacia su total
independencia”, enfatizó. El
diputado manifestó no tener duda de la facilidad de aprobar una
declaración común si sólo participasen los 33 estados de la Celac,
incluida Cuba. “El bien común está garantizado en América Latina y el
Caribe, solamente EE.UU. y Canadá obstaculizan la victoria continental.
Por eso celebramos Cartagena, porque dejó atrás las cumbres desiguales
para abrir paso al consenso latinoamericano, no el de Washington”.