ACTUABLE se ha convertido en el portal de
activismo digital más importante de habla hispana. Tras su creación y éxito
inmediato en el año 2010, no ha parado de crecer. No es hasta el año 2011 que su
fundador
acuerda unirse a la plataforma americana
Change.org y así pasan a crear “la mayor
plataforma de activismo online del mundo”. La base de su retórica es:
“cuando
nos unimos, cuando sumamos fuerzas para luchar contra una injusticia, cambiamos
realmente el mundo”. No es una ironía, tampoco intento presentarlos como
slacktivism, pero
efectivamente esa es su tarjeta de presentación.
En cierto modo, con la llegada de la crisis económica en toda Europa, se han
venido intensificando nuevas formas de uso de las redes sociales en la web, como
es el caso de Facebook y Twitter. Compartir información personal con amigos y
conocidos dejó de ser la única vía de uso, y se acentuó un nuevo marco de
diálogo: el político. En este sentido, estos mecanismos de comunicación han
contribuido fuertemente a que los movimientos sociales puedan organizarse de
forma más rápida y ágil. Tenemos dos casos recientes para no olvidar: el
surgimiento del 15-M y la Primavera Árabe. Dos acciones colectivas, que sin el
soporte de las redes sociales que proporciona internet, probablemente no
hubieran florecido a los niveles que lo hicieron.
¿Pero qué papel cumple ACTUABLE en este nuevo marco de intensificación de las
redes sociales en la esfera política? Como ya se ha dicho, ACTUABLE tiene su
retórica muy definida: “luchar contra las injusticias sociales y cambiar el
mundo”. Pero cabe preguntarse si realmente con un solo
click estamos
cambiando el mundo y luchando contra las desigualdades.
Desde mi punto de vista, el concepto de lucha política implica el paso por
dos etapas fundamentales. En un primer momento la estrategia ha de ser la
convocatoria en sí (como lo viene haciendo por ejemplo el 15-M). De esta manera
la finalidad de la acción virtual es llegar al mayor número posible de personas
para conseguir un fin y planes de acción concretos (tomar las plazas, asambleas
en barrios, concentraciones, emitir información alternativa…). Acabada esta
etapa, necesariamente se ha de pasar a una posterior: la movilización (etapa que
ha cumplido efectivamente el 15-M).
Definida la “movilización social” desde este marco, debemos preguntarnos si
es que efectivamente ACTUABLE es una plataforma que “lucha” en contra de una
injusticia social; preguntarnos también si encaja con las características de lo
que comúnmente conocemos como movimiento social. En este sentido, entiendo el
concepto de movilización social como acción política concreta, a viva voz en la
calle, en las plazas, en los barrios, en las asambleas, con disensos, con
consensos, con dificultades y con los propios miedos que implica organizarse
políticamente. Creo que ninguno de estos atributos que conlleva la naturaleza de
la acción colectiva los tiene la plataforma ACTUABLE, quedándose en la primera
etapa (la de convocatoria), pero no pasa a la segunda y más importante fase: la
movilización. Entiendo que sin la presencia de los atributos de la segunda fase
no hay acción colectiva, no hay movilización real. Un ejemplo que puede servir
para comprender esto, aparte del 15-M, puede ser el de la
Plataforma
Afectados por la Hipoteca (PAH), la cual en su gestión de lucha, pasa por
estas etapas que considero fundamentales para llamar a cada cosa por su nombre.
Ahora bien, ¿por qué es tan importante delimitar o definir bien estos
conceptos?
Porque la alta repercusión que tiene la plataforma ACTUABLE junto a su
pretencioso lema de lucha de cambiar el mundo está desvirtuando el concepto
verdadero de lucha. ACTUABLE se equivoca cuando utiliza las redes sociales como
un fin en sí mismo. Se equivoca también cuando
hace creer que su lucha es
la misma que la que efectúan otros movimientos sociales. “Cambiar el mundo y
luchar contra las injusticias” a través de un
click no implica un acto
reflexivo, por eso creo que es un grave error equiparar sus acciones
(¿políticas?) con la de otras plataformas o movimientos sociales que
efectivamente han pasado por esas dos etapas que considero esenciales
(convocatoria y movilización -acción-).
ACTUABLE no es una movilización ciudadana, ni mucho menos es una movilización
política. ACTUABLE es un medio autocomplaciente con los
clickeros , calma
conciencias al mismo nivel que lo podría calmar la acción de la caridad y la
limosna. La alta repercusión de esta plataforma en el imaginario de la sociedad
está distorsionando el concepto real de lucha. Su normalización y feliz
aceptación por parte de los ciudadanos distorsiona la autenticidad del concepto
de lucha social. La lucha contra la desigualdad y contra las injusticias, en
realidad, debería traer consigo un conjunto de atributos inherentes a la propia
lucha: miedos, reflexión, incertidumbres, crítica, idearios, etc.
Lamentablemente (o por suerte) un
click (que no es reflexivo, insisto)
está a años luz de ser realmente un movimiento a primera línea de la trinchera,
como lo viene siento el 15-M, el PAH, entre otros.
Retomando: la Web, y los instrumentos que esta nos brinda, como lo son las
redes sociales, ha de utilizarse
para la organización (convocar,
informar, difundir…), pero en ningún caso es una acción colectiva en sí misma,
al contrario, entiendo que la acción colectiva es el resultado óptimo a
posteriori de esa organización, es decir, la acción colectiva es la movilización
en sí. Efectivamente, hay que ser cautos e intentar ver que hay más allá de
clickear , porque el ciberactivismo puede ser un peligro para la
izquierda y puede desviar la atención de los verdaderos movimientos sociales.
Existe el falso argumento que hace creer que firmar on-line implica ejecutar
acciones políticas concretas y que como resultado se acaba en una movilización
social:
“No me cuesta nada firmar, firmo, y si se consigue algo, pues mejor.
Mejor eso a nada”. Respecto a este argumento lo primero que hay que decir es
que ningún movimiento social o acción colectiva realiza este tipo de reflexión
“por si acaso”, siempre hay objetivos claros, y no todo es color de rosa ya que
existen miedos e incertidumbres, que como he dicho anteriormente, son inherentes
a la movilización social y política.
Otro falso argumento (de plástico) es el tipo de idea:
“mundo global”
,
“somos todos iguales” ,
“luchemos todos por el planeta” ,
“juntos podemos cambiar el mundo” . Estas premisas solo me hacen pensar
que son una simples construcciones gramaticales abstractas y vacías que no
contienen nada; por eso reafirmo que son de plástico. Dichas ideas están lejos
de las verdaderas problemáticas sociales, son unas simples aspiraciones
liberal-burguesas. ¡En absoluto las personas somos iguales! Ese deseo de
sentirse universal (y no caribeño, catalán, republicano, latinoamericano,
colombiano, marroquí, indígena…) proviene de categorías universalistas y
liberales. En suma, son construcciones atiborradas de
clase. Si, una
clase que en realidad quiere que todos seamos “globales e iguales”, pero
desde sus parámetros.
Con todo, y aunque suena bien la idea de “comunidad transnacional”, y dicho
sea de paso, me parece aceptable ser miembro de ella, considero que
necesariamente ha de ser un complemento a la acción y movilización social
real -la de la calle-. Efectivamente, la sensibilidad social no radica en
el hecho de hacer un
click , porque la idea verdadera de construir un
mundo mejor está en la acción en sí. Podemos seguir haciendo campañas con
ACTUABLE (incluso yo he firmado en más de una ocasión), pero siempre siendo
conscientes de las diferencias conceptuales que implican, por un lado, la acción
de hacer un
click y, por otro, la acción de movilizarse por medio de la
acción colectiva.
Seamos cautos y reflexionemos: quizás las ambiciones de ACTUABLE son un
espejismo porque promueve la ilusión de que navegar por la web puede cambiar el
mundo cuando, en realidad, el mundo está pidiendo a gritos que salgamos a la
calle a cambiarlo.
http://www.rebelion.org/noticia.php?id=149625
Fuente:
http://lacavernasociologica.wordpress.com/2012/05/14/el-portal-web-actuable-y-el-no-movimiento-social-de-los-clickeros/