El texto que reproducimos es la intervención
de Cayo Lara en el debate plenario del Congreso de los Diputados del Reino de
España del 11 de julio de 2012 sobre el Consejo Europeo del 28 y 29 de junio
y el anuncio del nuevo paquete de recortes y ajuste fiscal tras la
intervención del Reino de España por la UE. (El título y los intertítulos han
sido añadidos por SP para facilitar su lectura).
Señor Rajoy, mi preocupación y la de nuestro grupo cuando veníamos
esta mañana se ha convertido en indignación después de escuchar especialmente
la segunda parte de su discurso. Señor presidente, creo que es un buen
momento para que apriete el botón bueno —si es que quedan algunos botones
buenos en la Presidencia del Gobierno— y que le diga al señor ministro de
Industria, al señor Soria, que resuelva el problema de los mineros si de
verdad le preocupa a usted seriamente la cola del paro. Si no se resuelve,
una parte importante de esos mineros estará formando parte de esa cola que a
usted tanto le preocupa.
Mal venido, Mr. Marshall
Hay una frase de una historia que decía: Bienvenido, mister Marshall.
Hoy podríamos decir: mal venido, mister Marshall. Viene usted sin un plan
para las personas; viene usted de Europa con un plan para los bancos, con el
látigo a la mayoría y con el guante blanco a los defraudadores de cuello
blanco, y valga la redundancia. Nos dice usted que va a haber un plan de
estímulo de la economía, que se aprueba, de 120.000 millones de euros, pero
ahora lo que se pone realmente encima de la mesa son 4.500 millones de euros;
el resto se pospone, pero vienen 30.000 millones de euros para tapar el
agujero de la banca y especialmente para que paguen también los compromisos
que tienen contraídos con otros bancos europeos. El látigo a la mayoría es el
paquete de recortes. Es un paquete de recortes duro que ataca a los parados
recortando del 60 % al 50 % a partir del sexto mes la prestación, que además
adelanta el cumplimiento del pensionazo —quiero recordarle que usted y su
grupo votaron en contra del pensionazo que se aprobó en la legislatura
anterior—.
Quita concejales. ¿Cree usted que porque recorte un 20 % de los
concejales se van a resolver los problemas económicos de España? Eso se llama
recortar la democracia. Quita salario a los empleados públicos. Ha dicho
usted que se han creado en el sector privado 2 millones de parados y que en
el sector público se habían creado 200.000 empleos. Pues, bienvenidos los
200.000 empleos; ojalá se hubieran podido crear en el sector privado tantos
empleos multiplicados por los que se han creado en el sector público. Elimina
a los liberados sindicales.
De nuevo le vuelve a hacer un regalo a la CEOE; igual que el regalo
que le hizo con la reforma laboral abaratando el despido de una manera
importantísima a pesar de que dijo usted en la campaña electoral que no iba a
abaratar el despido en este país. Es un nuevo regalo a la CEOE. Ha planteado
usted bajar 2 puntos en dos años a la Seguridad Social, y eso tiene dos
efectos inmediatos: uno, que pone en peligro las pensiones de este país y, el
segundo, que es un trasvase más de rentas de la parte de los salarios a la
del sector empresarial; es decir, a los beneficios del capital, en la línea y
la tendencia que tenemos en Europa y en España de estar trasvasando recursos
de las rentas del trabajo a los beneficios del capital, especialmente al
sector financiero que hoy tiene asfixiados a los países, asfixia a las
economías y asfixia a la democracia, como bien estamos viendo en este momento
al actuar al dictado que están marcando los mercados financieros.
Rajoy riega las calles con gasolina
Hoy, señor Rajoy, ha echado usted gasolina a las calles de este país
con el discurso que ha hecho aquí esta mañana, y cuando se aplique
—seguramente se aplicará— lo va a comprobar, pero no busque usted más
responsables. Decía guante blanco porque, respecto al ITF, el impuesto sobre
transacciones financieras a los banqueros, se van a estudiar vías para poder
ponerlo en marcha. Es decir, para los de abajo no se estudian vías pero para
los de guante blanco, para los que han creado y están creando el problema
real en Europa y en este país, para estos se pueden estudiar vías. Por lo
menos manifieste usted, para que lo sepamos, para que lo conozcamos, para que
veamos, la protesta solemne en la Unión Europea ante este tipo de políticas,
si es que son otros los actores que las están posibilitando.
Hoy no sé si estamos —además de la claridad de la última parte del
discurso— en una nueva ceremonia de la confusión. No pasa un momento sin que
los ciudadanos nos veamos sobresaltados con noticias que se suceden unas a
otras en un piélago de contradicciones. Señor Rajoy, ¿cuál es la verdad? ¿La
que nos acaba de contar ahora con respecto a Europa?, ¿la que nos contó ayer
en rueda de prensa el señor De Guindos, que a las pocas horas era desmentida
por la filtración del memorándum?, ¿la que nos contó usted en su rueda de
prensa de 10 de junio, que contradecía también a las declaraciones del
ministro de Economía realizadas un día anterior? ¿Cree usted sinceramente que
así pueden trasladar un mínimo de confianza y credibilidad a los ciudadanos…
Ustedes, señor Rajoy, está demostrando que no son de fiar, y de eso no
les salva ni la puesta en escena en la catedral entregando el Códice
Calixtino. Señor Rajoy, ¿es usted consciente de que todas las medidas que
están adoptando, además de no figurar en su programa electoral, lo que hacen
es provocar más sufrimiento a mucha gente? ¿Es consciente de que los recortes
que han adoptado y que nos anuncian no calman a los mercados y a los
especuladores financieros? ¿Es consciente de que sigue aumentando la prima de
riesgo? ¿Es consciente de que pagamos más intereses que nunca por la deuda? ¿Es
consciente de que los recortes solo crean más recesión, más precariedad, más
paro y más pobreza? ¿Es consciente de que al final del año habrá 6 millones
de parados? ¿Es consciente de que la tercera parte de ellos no tiene ningún
tipo de ayuda, a pesar de que está recogido en la Constitución española?
En el sector público ha habido una caída de la afiliación a la
Seguridad Social de 60.000 personas en los últimos siete meses. ¿Sabe que se
les recorta a más de 170.000 cuidadores de dependientes un 15 %? ¿Es
consciente de que las listas de espera quirúrgicas aumentan de una manera
ostensible? ¿Es consciente de que los empresarios también son víctimas de
esta política de recorte y de ajuste duro, con un 41 % más concurso de
acreedores que en julio de 2011? ¿Sabe que en el primer semestre de 2012 han
cerrado 21.000 empresas, el doble que en el mismo periodo del año anterior?
¿Y sabe que en junio de este año hemos tenido 42.000 autónomos menos que en
el mismo mes del año anterior?
Señor Rajoy, no se trata solamente de que Premios Nobel como Stiglitz
o Krugman hayan hecho una severa crítica de las medidas de recortes y de
austeridad. La cuestión es que no hay un solo ejemplo en la historia
económica que avale que de una crisis de esta naturaleza se pueda salir con medidas
de austeridad, recorte de gasto y restricción de la demanda pública y
privada. Ahí está el caso de Grecia. Por eso la crisis es cada vez más
profunda. La luz del túnel se aleja cada vez más y el sufrimiento se amplía
todavía a más personas. Se está cometiendo un auténtico delito contra el
Estado.
El rescate financiero ha implicado la
intervención del Reino de España
De entre sus líos y sus cosas en Europa, como dijo en una
comparecencia ante un medio de comunicación, nos vendía usted un acuerdo europeo
de grandes beneficios para España. Nos contaron ustedes que habían presionado
primero para conseguir un rescate a la banca con la garantía del Estado.
Después habían vencido a la señora Merkel, consiguiendo un supuesto rescate
ya directo, solo con condicionalidad a la banca. Sin embargo, después de las
reuniones del Eurogrupo y del Ecofin de ayer y anteayer la realidad ha vuelto
a dar un nuevo giro de 180 grados. Lo que se presenta aquí hoy, señor Rajoy,
es una intervención en toda regla, aunque procuren no pronunciar esa palabra.
Si ya es grave el hecho de que nos rescaten, más grave aún es que su Gobierno
haya faltado a la verdad y haya ocultado a los ciudadanos la realidad de lo
que estaba ocurriendo. Estamos ahora en una intervención, y además barata. Al
menos a Grecia —permítame la ironía, dentro del dramatismo de la situación—
le han dedicado el 50 % de su producto interior bruto; a nosotros por el
momento nos conforman con 30.000 millones de euros para tapar algunos
agujeros de las entidades financieras. En este mar de confusiones volvemos a
que estamos con un rescate a la banca con la garantía del Estado; temporal.
Veremos en el tiempo si es temporal o es definitivo. Es decir, un trasvase de
la deuda privada a la deuda pública. Es decir, que no solo hay que pagar una
crisis que no hemos creado la mayoría sino que nos endeudamos para pagar la
fiesta de unos cuantos, porque estos 30.000 millones van directamente al
FROB, para los bancos, por lo que aumentará ostensiblemente la deuda de
nuestro país, que habrá que devolver con intereses. A cambio de este rescate
se nos exigen en paralelo condiciones muy rigurosas, aunque ustedes se
empeñen de manera contumaz en seguir negando la existencia de esta
condicionalidad.
La subida del IVA contra los pensionistas y
los parados
Sobre la subida del IVA, les exigen a ustedes subir el IVA. La subida
del IVA es el sablazo que el mal gobernante le pega a todos sus compatriotas
que ya están muy castigados por la crisis. Subir el IVA es un disparate
porque la subida del IVA afecta fundamentalmente a pensionistas y parados.
¿Le suenan esas palabras, señor Rajoy? Son suyas. Son frases literales suyas
que dijo en este Parlamento. Subir el IVA es perjudicial para la crisis
económica y para la recuperación del empleo en España. Es ineficaz, es
injusta, profundamente injusta. Es un impuesto sobre los parados y los
pensionistas. Es el más injusto de los impuestos que pagan proporcionalmente
los que menos renta tienen. La política económica que lleva a subir el IVA
nos traerá más crisis y más paro, perjudicará el consumo y el empleo; traerá
más paro, puesto que llevará contra las cuerdas a pequeñas y medianas
empresas y autónomos y, en definitiva, traerá una situación más compleja y
más difícil. ¡Qué razón tenía usted, señor Montoro! Porque estas son sus
palabras literales que también pronunció en un momento determinado, y son las
mismas que hoy pongo encima de la mesa. Porque es verdad; tenía usted razón
entonces y tengo razón ahora cuando digo sus palabras.
Lo que ya es esperpéntico —y permítame la expresión, aunque no soy una
persona que utilice malos adjetivos—, lo que no es admisible, señor ministro
de Hacienda, es que justifique la subida del IVA en que hay muchos que no lo
pagan y que deberían hacerlo. ¿Cree usted que la Policía, que la Guardia
Civil de Tráfico deberían dejar de poner denuncias porque hay mucha gente que
vulnera las leyes de circulación? Es el mismo argumento; lo ha trasladado
usted a la economía. Lo dice precisamente el ministro de Hacienda de un
Gobierno que ampara y promueve el delito fiscal a través de una impresentable
amnistía, ampliada y suavizada a petición de los defraudadores, que es
injusta, ineficaz e inmoral, y usted lo sabe. Guante de seda con los fuertes
y puño de acero con los débiles, señor Rajoy. ¿Con qué autoridad moral les va
a exigir a los ciudadanos que cumplan con sus obligaciones fiscales cuando
desde el mismo Gobierno se patrocina ese incumplimiento? La misma Dirección
General de Tributos ha elaborado un informe para defraudadores que ha sido
calificado por los técnicos del propio ministerio como un verdadero folleto
divulgativo para evasores fiscales. Lo han dicho los técnicos, no lo decimos
los políticos. Usted mismo, en su discurso de investidura, señor Rajoy,
afirmó que iba a luchar contra el fraude fiscal. Ustedes mismos, con sus
actos y los de su Gobierno, se están calificando solos.
Señor Rajoy, este rescate limita nuestra soberanía y, por tanto, la
democracia; una democracia secuestrada, que deja en paños menores a la
soberanía del pueblo español. Se quitan competencias al Gobierno para
traspasarlas a un Banco de España en libertad vigilada por un órgano como el
Banco Central Europeo, que carece de cualquier control democrático; de hecho,
el Banco Central Europeo está actuando como un auténtico lobby para la banca
europea y la banca internacional. Se nos impone la creación de una oficina
fiscal, un organismo burocrático más que se superpone a esta Cámara, que es
la que debería controlar el presupuesto y su ejecución. Nos imponen la creación
de sociedades de gestión de activos inmobiliarios —bancos malos, en términos
castellanos, en términos populares—, que usted mismo negó cuando yo le
pregunté en el debate de investidura. Señor Rajoy, le pregunté si iba a crear
un banco malo. Pues ya están aquí los bancos malos. Usted dijo que no, que no
se crearían los bancos malos. ¿Cuál es el valor de la palabra de un
presidente?
Nos imponen la profundización y aplicación de la reforma laboral, esa
de la que usted dijo que era para crear empleo indefinido, que tiene como
exclusiva finalidad reducir los costes salariales; una reforma que, como han
reconocido ustedes, no solo no va a generar empleo, sino que provocará
pérdidas de cientos de miles de puestos de trabajo. No se pueden hacer peor
las cosas, señor Rajoy.
El memorándum de este rescate aumentará la recesión y los recortes
sociales para pagar la deuda de los bancos, una deuda causada por ellos
mismos y sufrida por los ciudadanos. Hemos pasado de los hombres de negro a
los hombres del frac. Un economista diría que se está produciendo una
transferencia masiva de riqueza desde los ciudadanos hacia el sector
financiero; un ciudadano diría llanamente que le están robando.
Es urgente una Comisión de investigación
Y todo ello sin ni siquiera abrir una comisión de investigación, lo
que obligará sin duda a judicializar la exigencia de responsabilidades a
aquellos que nos han llevado a esta situación. Una comisión de investigación
que ustedes se han negado a crear hasta en cuatro ocasiones en este Parlamento,
y ahora lo que pretenden ¿qué es, darnos gato por liebre con un sucedáneo de
investigación escenificado con una veintena de comparecencias que han
planteado en la Comisión del FROB? Sí, abierta, en este caso. Vamos a volver
a presentar la iniciativa para crear una comisión de investigación de verdad
para esclarecer toda la verdad, porque este país lo está reclamando
mayoritariamente.
Los ciudadanos quieren –queremos— saber la verdad y también deben
saber que los recortes en educación y sanidad no se destinan a mejorar el
funcionamiento y la situación de lo público, sino a pagar los agujeros
causados por el capital financiero. Hablando de los recortes en sanidad y
educación, de los últimos 10.000 millones de euros recortados quiero
recordarle sus palabras al inicio de la campaña electoral: Meteré la tijera a
todo menos a sanidad, educación y pensiones, señor presidente. Y ha metido la
tijera en sanidad y en educación, y a los pensionistas les están ya metiendo
la tijera en las farmacias, pero no es culpa de los farmacéuticos. Cuánto
incumplimiento de palabra, señor Rajoy. Ya sabe un dicho popular: El que
falta a su palabra a más ya no puede faltar. La credibilidad se le escapa a
borbotones y se manifiesta en cada encuesta que está haciendo el Centro de Investigaciones
Sociológicas.
Alternativas desde la izquierda
No obstante, señor Rajoy, usted trae a esta Cámara una desesperanza
más. Mi grupo parlamentario no se limita a hacer críticas sino que también
tiene propuestas alternativas, tenemos propuestas alternativas porque hay
alternativas distintas. Ustedes no proponen salidas hacia delante sino
regresión social y regresión democrática.
Señor Rajoy, le solicitamos hace tiempo una reunión para exponerle un
conjunto de medidas para elaborar una salida social a la crisis creando
empleo. Solo hemos recibido una respuesta dilatoria. Le emplazamos a que se
produzca esa reunión pero, sobre todo, a que se produzca un debate en este
Parlamento para ver cuál es el modelo alternativo de futuro y cómo podemos
crear empleo, y en eso sí estamos dispuestos a mojarnos en un acuerdo. Hemos
presentado en esta Cámara propuestas de reforma fiscal para financiar el
estímulo de la economía real y la creación de empleo, reformas para lograr
una mayor justicia fiscal e impositiva que han sido rechazadas por el rodillo
de su mayoría absoluta. Hemos presentado propuestas concretas para combatir
el fraude y la economía sumergida pero su grupo también las ha rechazado,
tristemente en coherencia con su injusto afán de amnistiar a los defraudadores.
Usan ustedes su mayoría absoluta para levantar una barrera contra todo
aquello que puede ayudarnos a salir de la crisis en beneficio de la mayoría
social, pero no la hacen valer frente a las imposiciones de Bruselas.
Señor Rajoy, para ir terminando quiero manifestar que nos parece
insuficiente la prórroga de un año para lograr el objetivo del déficit.
Espero y le pido que utilice esa misma flexibilidad con las comunidades
autónomas, con las que se va a reunir el ministro en el Consejo de Política
Fiscal y Financiera este jueves, porque no tienen apenas capacidad para
aumentar sus ingresos fiscales, y las exigencias que usted les ha impuesto
están llevando a la angustia a millones de ciudadanos en las comunidades, da
igual que las gobierne el PSOE, que las gobierne el PP o que las gobernemos
de manera compartida nosotros con el Partido Socialista. Traslade usted esa
flexibilidad —repito— que le ha concedido Bruselas a las comunidades y no
utilice en ningún caso la posibilidad de ayudar en la deuda a las comunidades
como un chantaje para conseguir una mayor austeridad. Las comunidades
autónomas están gastando en este momento un 37 % del erario público pero en
sanidad, en educación y en servicios sociales, que los tienen transferidos.
El Estado, excluyendo la Seguridad Social, supone un 22 % del gasto público
y, sin embargo, es mayor el déficit aplicado a las comunidades autónomas que
al Estado español.
Flexibilidad para los ayuntamientos y
comunidades autónomas
Reconsidere y reflexione sobre esa situación porque se lo van a decir
las voces que van a seguir saliendo además de sus propias filas, de sus
propios alcaldes, concejales y presidentes de comunidades autónomas, que son
los que tienen que poner la cara para decirle a la gente que no, por lo que la
gente tiene más sufrimiento. Si sigue usted por ese camino cada vez se
escucharán más esas voces, pero también se escucharán más voces en las calles
de nuestro país.
Quiero que me responda a una pregunta, señor presidente, si lo
considera: Si está dispuesto a tomar la decisión de paralizar todos los
desahucios en las viviendas de las entidades financieras intervenidas con
recursos públicos, más allá de las recomendaciones a los bancos que nos trajo
el señor ministro de Economía. En todo caso, quiero decirle que mi grupo va a
oponerse con resolución a que en los bancos en los que haya entrado el Estado
sigan desahuciando y echando a la gente de sus hogares porque solo han
cometido un delito: han perdido el empleo y no pueden pagar la hipoteca. Y un
Estado serio, social, responsable no puede permitir que con recursos en las
entidades financieras se esté echando a esa gente a la calle, repito, porque
además se está convirtiendo en cómplice de esos desahucios y nos hace
cómplices a toda la sociedad española.
Señor Rajoy, concluyo rápidamente —todavía estoy en el tiempo que me
permite el presidente de la Mesa— con la cita de un presidente de un país
cuya reserva federal sí hace sus deberes, al menos desde la crisis del 29. Se
trata de Thomas Jefferson y seguro que la conocen porque es muy conocida.
Decía Jefferson en 1802: Pienso que las entidades bancarias son más
peligrosas para nuestras libertades que todos los ejércitos listos para el
combate. Si el pueblo estadounidense permite un día que los bancos privados
controlen su moneda, los bancos privados y todas las entidades que florecerán
en torno a ellos privarán a los ciudadanos de lo que les pertenece, primero,
con la inflación y más tarde con la recesión, hasta que sus hijos se
despierten sin casa y sin techo sobre la tierra que sus padres conquistaron.
Es una buena cita que más de doscientos años después tiene vigencia plena en
nuestra economía desarrollada, capitalista de producción.
Reequilibrar por la vía de los ingresos
Hay dinero para buscar una salida no por la vía de los recortes, sino
por la vía de los mayores ingresos. Hay un estudio que ha presentado
recientemente Gesta, un sindicato de los técnicos de Hacienda, y dice que se
pueden conquistar, en un periodo relativamente corto de tiempo, 63.000 millones
de euros. Plantean que hay que hacer un tramo más del 35 % en el impuesto
sobre sociedades. ¡Es que los que ganan dinero en las empresas tienen que
aportar un 35 %! Estamos en tiempos de crisis y eso no está planteado. Se
tiene que investigar en la economía sumergida y se pueden conseguir, de los
23 puntos, 10 puntos trabajando en serio contra la economía sumergida; que el
IRPF se puede tocar en los tipos marginales; que se puede prohibir las
operaciones a corto; que ya es hora de que se acabe con las Sicav en nuestro
país y que el impuesto de transacciones financieras se puede poner en marcha.
Además, se puede poner una fiscalidad verde, pero una fiscalidad verde no es
poner un impuesto a las energías renovables. Eso no es fiscalidad verde. Esa
es una fiscalidad que camina en la dirección contraria a la fiscalidad verde.
Señor Rajoy, una parte fundamental de todo esto que usted está
haciendo no está en su programa. He cogido el programa, me he preocupado de
leerlo y comprobar las medidas que usted ha adoptado, y no está en su
programa electoral. Está en el plan nacional de reformas del Partido Popular
que no acompañó la campaña del Partido Popular. Ahí sí hay una parte
importante de las medidas que ya vienen muchas de ellas desde Europa, del
consenso de Washington y del Tratado de Maastricht, ese al que usted ha
aludido, porque de ahí también vienen los males, del tipo de construcción
europea que se ha hecho.
Por la Europa de los Pueblos
Nosotros estamos por Europa, pero otra Europa, no la Europa a la que
el Banco Central no pueda dar recursos a los países al 1 % para nuestra deuda
soberana y se los dé a los banqueros para que especulen con los recursos
colectivos contra las ciudades, contra los ciudadanos y contra los pueblos.
Hay que hacer otra arquitectura, no depende de nosotros solos, pero plantéelo
cada día que se siente en un Consejo de la Unión Europea; plantéelo cada día.
No es tan complejo que lo leamos y que lo escuchemos en esos medios de
comunicación.
Como no estaba esto en su programa, señor Rajoy, hay una cosa
gravísima y es que usted vulnera un contrato que ha establecido con sus
electores. No le he votado, es una obviedad, como usted a mí tampoco, pero
con sus electores —y yo no soy quién para defender aquí a sus electores—
usted contrajo un comprimo en la campaña electoral y tiene que cumplir con
ese compromiso y, si no, tiene la obligación de salir y explicar exactamente
por qué no puede cumplir con ese compromiso, y eso lo hace usted poco, señor
Rajoy. No ha querido hacer un debate sobre el estado de la Nación. Usted ha
venido a traernos lo que ha pasado en Bruselas hace trece días y además a
decirnos lo que va a hacer en el Consejo de Ministros del próximo viernes.
Pregunte al pueblo, señor Rajoy. Someta estas medidas a un referéndum porque
estamos en un estado de excepción social y económica en nuestro país. Estamos
en una democracia intervenida. Hágalo, señor Rajoy.
Concluyo, y le doy las gracias por su amabilidad, señor presidente,
que no es más —hay que decirlo— que la que ha tenido con los otros
intervinientes anteriores.
Señor Rajoy, en el Consejo de Ministros del viernes el rey va a formar
parte de ese Consejo de Ministros. La noticia es que estará. Estará en la
primera parte del Consejo de Ministros. Señor Rajoy, ¿apela usted al rey para
respaldar unas medidas claramente injustas e inútiles? Usted sabrá lo que
hace.
Nosotros vamos a apelar a los ciudadanos, a las trabajadoras y a los
trabajadores para combatir las medidas que usted ha traído hoy aquí, a este
Congreso, porque, señor Rajoy, usted ha traspasado demasiadas líneas rojas en
estos siete meses de Gobierno y de gestión.
Muchas gracias.
Cayo Lara es Coordinador general
de Izquierda Unida y portavoz del grupo parlamentario Izquierda Plural en el
Congreso de los Diputados del Reino de España
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