El secretario de Política Internacional de CCOO, Javier Doz. en una imagen de archivo. / Efe
Las fronteras europeas han resultado totalmente porosas a la doctrina
de la austeridad, al dogma que impone salvar a la banca mientras se
mutilan los derechos de los trabajadores. No ha habido Pirineos, Alpes,
ni cadena del Olimpo que hayan frenado el avance del neoliberalismo
imperante. Todo es unificar sin que se huela una urna: la política
fiscal, las constituciones, alejando cada vez más de los Parlamentos y
Gobiernos que eligen los ciudadanos, decisiones cruciales para la vida
de estos. Los trabajadores, especialmente los del castigado sur de
Europa, no han traspasado al mismo nivel las fronteras para unirse en
una gran acción conjunta que mantenga un pulso cara a cara al verdadero
poder, que no está en la Moncloa ni en el Palazzo Chigi. Eso es lo que
los sindicatos, con los españoles CCOO y UGT en el grupo de cabeza, se
han propuesto cambiar. Rápidos, desde luego, no han sido. Pero quizás
por eso saben que h
a llegado el momento de intentar algo de
mucha mayor repercusión que una manifestación conjunta. Es el momento de
una huelga general común y ya están trabajando en ella.
Continua leyendo entrevista en CUARTO PODER