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L’1 de novembre de 2014, el Partit dels i les Comunistes de Catalunya va acordar la seva dissolució com a partit polític i la cessió de tot el seu capital humà, polític i material a una nova organització unitària: Comunistes de Catalunya.

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La UE debe acompañar el proceso así como las demandas de las víctimas y dar su respaldo a las iniciativas de la sociedad civil colombiana.

Bruselas, 4 de septiembre de 2012. Oidhaco en diversas ocasiones ha solicitado a la UE que insista a Colombia para que, en lugar de prolongar la guerra encamine todos sus esfuerzos para conseguir la paz. Estamos convencidos de que el fin del conflicto armado no puede darse por la vía militar, que al contrario, provoca más muertes y sufrimientos en el día a día, y que ya ha cobrado miles de víctimas civiles a lo largo de las últimas décadas. Por ello, como red de más de 30 organizaciones de Europa, saludamos la decisión del Gobierno colombiano y de la guerrilla de las Farc de iniciar diálogos de paz.

“Este anuncio despertó en la sociedad civil colombiana mucha esperanza. Reiteramos que para conseguir una paz duradera es fundamental que el proceso aborde las causas profundas del conflicto armado como son la concentración y usurpación de la tierra, la inequidad y falta de justicia social, la falta de garantías democráticas para la poblaci así como la violación sistemática de los derechos humanos y la impunidad de los victimarios”, advierte Vincent Vallies, portavoz de Oidhaco.

Es importante que el proceso de paz sea construido sobre una base sólida de respeto a los DD.HH y al DIH. Para ello, es imprescindible que todas las partes cesen urgentemente las hostilidades. En esta línea, las partes negociadoras y la guerrilla del Ejército de Liberación Nacional (ELN) deben actuar a fin de que esta última también se sume al proceso negociador.

Aprovechamos esta ocasión para reiterar nuestro respaldo a la sociedad civil colombiana, sin cuyo trabajo e impulso en la búsqueda de la paz no se habría llegado a este momento de apertura de conversaciones, tarea en la que muchas veces las organizaciones sociales han tenido que vencer incomprensiones y descalificaciones que han puesto las vidas de sus integrantes en peligro. Tomamos nota del respaldo de la UE a este proceso que comienza que, según palabras de la Comisaria Ashton, es un “acontecimiento muy positivo”. Sin embargo, la UE debe también ejercer una mirada crítica y proponer mecanismos efectivos de participación de la sociedad civil durante las diferentes etapas del proceso. La experiencia ha demostrado que una paz duradera no se construye sin esa participación y en particular de los sectores más invisibilizados por el propio conflicto como lo han sido históricamente los pueblos indígenas, las comunidades afrodescendientes, las organizaciones de mujeres, las comunidades rurales.

El éxito de cualquier proceso de paz dependerá también de la capacidad del Gobierno de Colombia para generar las mínimas garantías políticas que en democracia deben tener la oposición, del cese de la estigmatización a la protesta social, del establecimiento de mecanismos efectivos de participación de la sociedad civil en los asuntos públicos y del inicio de un proceso en el que las víctimas del conflicto armado puedan acceder a la verdad, la justicia y la reparación integral sin peligro de repetición de violaciones de sus derechos fundamentales y sin dejar espacio a la impunidad de los victimarios. En este sentido, pedimos a la UE respaldar el pedido realizado por la Oficina de la Alta Comisionada Naciones Unidas para los Derechos Humanos en Colombia que “recuerda a las partes y a la sociedad civil que no hay contradicción entre paz y justicia (…). Las graves violaciones no pueden ser amnistiadas ni olvidadas, por el contrario enfrentarlas contribuirá a transformar a Colombia”.

En Oidhaco se tiene la certeza de que el fin de la guerra no es la paz en sí sino que es un paso necesario para llegar a ella. La construcción de una paz duradera y sostenible sólo se hará con la participación activa de los diferentes sectores de la sociedad colombiana, mediante el respeto a los DD.HH y con justicia social. Este proceso necesita del acompañamiento de la comunidad internacional. Por ello, la UE debería poder acompañar como Noruega y hacer ver la importancia de las propuestas de las organizaciones de la sociedad civil. Reiteramos la necesidad de seguir vigilando la situación de DD.HH en el país, y, hoy más que nunca, que la UE exprese su preocupación por la protección de las personas defensoras de derechos humanos y los líderes sociales.




Internacional Humanitario así como la salida negociada al conflicto armado