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El PADS llama a condenar las artimañas imperialistas en Siria

Siria :
-      Combatir las injerencias imperialistas
-      Apoyar la movilización de las fuerzas patrióticas y progresistas contra la guerra declarada por las fuerzas mancomunadas del imperialismo, de la reacción árabe y del obscurantismo

Los Estados imperialistas han hecho en estos últimos días un paso suplementario en su guerra declarada contra Siria. A pesar de la oposición de Rusia y China en el Consejo de Seguridad de la ONU, ya no esconden mas su voluntad de ir mas allá en sus intrigas contra ese país bajo una cobertura internacional “legal” con el objetivo de poner a su cabeza peleles serviles. La divulgación planeada de las directivas supuestamente secretas de Obama, directivas dando la luz verde a la acción de la CIA, es la señal de una ofensiva sin precedente para con la ayuda de todos los medios militares asesinar los dirigentes, personalidades y militantes quienes se niegan de someterse a sus planes criminales y bárbaros de rendición de los países árabes. A través de esta divulgación, los Estados-Unidos oficialicen operaciones secretas programadas desde años y ejecutadas desde el año pasado al mismo tiempo que lanzaban sus operaciones en Libia para derrumbar el régimen de Kaddafi. Dan abiertamente la luz verde a la coordinación de las acciones de todas las fuerzas imperialistas y reaccionarias internas para destruir mediante la fuerza la mas brutal a un país que no se arrodilla frente a su voluntad.

La divulgación de las directivas de Obama intervino en el mismo momento cuando de todas partes afluyen hacia Siria grupos de obscurantistas mercenarios cómodamente pagados por Arabia Saudita y Qatar, entrenados por los agentes de los Estados Unidos, de Francia y de Gran Bretaña, dotados de sobra en armamentos modernos y municiones de todo tipo, de material de comunicación sofisticado. Infiltraciones masivas tienen lugar a partir de Turquía, principalmente, pero también de Jordania y regiones libanesas controladas por las fuerzas de Hariri, para sembrar la muerte y las destrucciones en las ciudades y los pueblos sirios. La Unión europea participa activamente a estas operaciones. Bajo la dirección del partido socialista, la Francia imperialista multiplica las amenazas y los actos para participar al desmembramiento de Siria. El envío de militares franceses a la frontera jordano-siria bajo la cubierta de ayuda médica a los refugiados sirios disimula hipócritamente operaciones de espionaje anunciando una intervención militar directa, como en el viejo tiempo del colonialismo cuando la derecha y la socialdemocracia se relevaban para satisfacer los intereses de la burguesía bombardeando Damasco, llevando la guerra contra el pueblo argelino, aerotransportando sus paras a Suez, etc. Alemania por su lado no se cruza los brazos. Preside las comisiones de expertos compuestas de representantes de las multinacionales de los harkis (traidores) sirios que se atarean, mucho antes de haber ganado la partida, en distribuir las riquezas de Siria entre los rapaces imperialistas sin olvidar de darle su cebo a los hombres de negocios sirios quienes aceptarán una pequeña zanahoria a cambio de su felonía y su entrega a las potencias extranjeras.

Una insurrección armada que no tiene nada que ver con las libertades democráticas

Es evidente desde ya el año pasado que la insurrección armada en Siria apoyada por las potencias imperialistas y las monarquías teocráticas del Golfo no tiene nada que ver con ningún combate por las libertades democráticas y el progreso social. La insurrección armada es el hecho de grupos que esconden cada vez mas su voluntad de instaurar un Estado sectario, negando de hecho la libertad de conciencia y las libertades confesionales, que han hecho hasta aquí la particularidad de Siria en comparación a los países árabes y musulmanes, y utilizando el Islam para forzar los trabajadores y el campesinado a una explotación de las mas feroces. Solo la gente de mala fe o a sueldo de la grande burguesía imperialista puede seguir exhibiendo su simpatía por esta insurrección, deseando la intervención imperialista y propagando mentiras para intentar justificarla. Esta claro como la luz del día que los objetivos reales de las potencias imperialistas son de controlar las riquezas petroleras de los países árabes, de someter los trabajadores de esta región a una sobreexplotación sin precedente para resolver en sus espaldas las consecuencias de la crisis del sistema capitalista. Esta claro que estas potencias buscan en hacer abortar las aspiraciones de los pueblos árabes hacia verdaderos cambios, al alcance de regimenes democráticos populares que expresan los intereses de los trabajadores, del campesinado laborioso, de las capas intermedias que viven del ingreso de su trabajo, que pongan un fin al acaparamiento y a la explotación de las riquezas y del fruto del trabajo de los productores por las multinacionales y una minoría de explotadores y aprovechadores locales.

Aunque el régimen sirio haya cambiado de naturaleza de clase y no expresa mas desde años los intereses fundamentales de las clases laboriosas de Siria, es imposible ponerlo en el mismo plan que los terroristas islamistas y las potencias imperialistas. La insurrección armada en Siria tiene un carácter netamente reaccionario, debido a los objetivos obscurantistas y a la visión social y económica ultraliberal de sus jefes, a su dependencia política, financiera y militar de los países imperialistas y las monarquías teocráticas del Golfo, a su papel de brazo armado de esta coalición de fuerzas extranjeras. Habiendo perdido el apoyo de una parte de la población que había simpatizado al inicio con ellos y quien había sido engañada por la propaganda desarrollada bajo la mascara del Islam, los jefes de la insurrección intentan de imponerse por el terror y la violencia la mas salvaje.

La responsabilidad principal de las desgracias que se abatieron sobre el pueblo sirio incumbe a los dirigentes y a los políticos burgueses o socialdemócratas de los países imperialistas. Los criminales de Guerra son los que incitan desde el inicio de los disturbios al rechazo de toda solución pacífica, previa la salida del jefe del Estado sirio, a pesar del hecho de que goza del apoyo de mas de la mitad de la población. Es en primer lugar Hillary Clinton quien llamó los rebeldes integristas a no cesar la lucha armada en el momento preciso en que hipócritamente los Estados Unidos daban su acuerdo al plan Annan. Son también los dirigentes turcos, tunecí, los de Francia, de derecha o de “izquierda” quienes apadrinan las reuniones de los falsos “Amigos de Siria” o las de las marionetas sirias bautizadas CNS. En realidad los Estados imperialistas solo procuraron desacreditar las fuerzas opuestas a su imposición. Maniobraron para obtener un desarme unilateral del Estado Sirio frente a los grupos armados, con la ayuda astuta de Kofi Annan y del jefe de los observadores de la ONU quienes acaban de botar la mascara con su declaración sobre la inevitabilidad de la salida del presidente sirio. Bajo la mentira grotesca de hacer reconocer el derecho a manifestar, Hillary Clinton y sus fieles europeos han alentado activamente los grupos armados para seguir en la ocupación de barrios y territorios en numerosos puntos de Siria con el refuerzo de integristas de todas las nacionalidades, turcos, libios, tunecís, argelinos, etc.. Les dieron la señal para cometer crímenes salvajes imputados sistemáticamente y con desprecio de la verdad al ejercito sirio, como los de Houlé, de Treimsa y muchos otros. Como por casualidad estos crímenes fueron organizados cada vez en víspera de encuentros internacionales o reuniones del Consejo de Seguridad de la ONU para imponer decisiones autorizando la intervención de la OTAN al ejemplo de lo que pasó en Libia.

El imperialismo destructor de las naciones

El imperialismo no se contenta más con obtener a que naciones económicamente dominadas entregan completamente sus riquezas a los apetitos insaciables de sus multinacionales. No se satisface de reformas políticas a la sombra de las cuales las clases pudientes juegan a la comedia de la democracia burguesa formal. Cada vez que su tendencia a la dominación sin freno choca con una resistencia interna, aun cuando sería expresada de modo timorato por estas clases, esta decidido a destruir estas naciones, a desmembrarlas sobre bases confesionales o étnicas sin preocuparse de las tragedias que provoca en el seno de los pueblos abandonados a la lógica loca de la carrera para las sobre-ganancias. Independientemente de la naturaleza de clase de los regimenes dirigentes, la defensa de la nación y de su integridad territorial, conquista importante del movimiento de liberación moderno, el combate para impedir el retorno retrogrado al tribalismo, a las solidaridades clánicas o a los comunitarismos religiosos, se convierte en un aspecto crucial de la lucha antiimperialista. Esta lucha no puede ser disociada de la defensa de los intereses y de las aspiraciones sociales y políticas de las clases laboriosas. Son las masas populares quienes son las mejores defensoras de los intereses generales de la nación. Las clases explotadoras y especuladores, las capas sociales que contribuyen a la defensa de los intereses de estas clases y de las posiciones de las multinacionales, buscan constantemente el compromiso con el imperialismo para convencerlo de dejarles algo de migajas del pastel.

La actitud escandalosamente pasiva del poder argelino frente a las injerencias de los países imperialistas en el Medio Oriente o en África no es de naturaleza a sorprender. Refleja su naturaleza de clase antipopular, sus lazos financieros y orgánicos que se consolidaron en estos últimos años entre la burguesía y las oligarquías imperialistas.
Las clases explotadoras y especulativas tienen mas miedo de las masas populares que del imperialismo. Es a su lado que buscan la protección contra el descontento de las clases populares indignadas por las desigualdades sociales cada vez mas profundas y el acaparamiento de las riquezas del país por una minoría parasitaria.
El PADS expresa su solidaridad con las fuerzas antiimperialistas y progresistas sirias en su resistencia heroica a la guerra fomentada por la coalición de las fuerzas imperialistas, monarca-teocráticas y de los grupos que utilizan el Islam para enmascarar sus objetivos ultra-reaccionarios y su traición.
Apoya los comunistas sirios en su lucha por ligar la resistencia a la agresión imperialo-reaccionaria, a la movilización democrática de las masas, a la puesta en ejecución de una política económica y social favorable a los intereses de la clase obrera, del campesinado laborioso, de los pequeños productores, y rompiendo con las medidas ultra-liberales que debilitaron la economía siria, empobreciendo las masas populares, enriqueciendo una minoría de sirios y especuladores del Golfo. Es esta política quien ha provocado el descontento popular y alentado la reacción interna a lanzarse en una insurrección para la toma del poder bajo la consigna demagógica y mentirosa de la “libertad”. Apoya los esfuerzos políticos e ideológico desplegados para dar a su acción un carácter de clase independiente de las visiones de las corrientes antiimperialistas pequeñas-burguesas o de ciertas tendencias burguesas objetivamente patrióticas.

El PADS llama a la condena de las artimañas imperialistas

El PADS denuncia el silencio de los responsables argelinos frente a las injerencias imperialistas en Siria, la fianza que aportan al papel intervencionista reaccionario de la Liga árabe en los asuntos de este país. La Liga árabe se ha convertido en un fogón de presiones y injerencias en manos de los regimenes monarco-teocráticos árabes accionados por el imperialismo. Argelia debe retirarse de este organismo transformado en institución hostil a los intereses de los pueblos árabes y a su independencia.
El silencio del gobierno argelino y del jefe del Estado sobre este asunto durante la visita del ministro francés de Asuntos extranjeros, la ausencia de un desmentido a las declaraciones de este último sobre la similitud de puntos de vista entre los responsables argelinos y franceses sobre los acontecimientos que se desarrollan en Mali y en las fronteras de Argelia con este país, acontecimientos creados por las intrigas imperialistas, franceses y norte-americanas particularmente, para controlar el Sahel y sus riquezas, han animado los Estados imperialistas a intensificar sus maniobras contra los pueblos árabes y africanos.
El PADS denuncia el papel de los medios y periódicos argelinos que participan en la propagación de las mentiras de las potencias imperialistas para justificar las sanciones tomadas y la guerra declarada contra Siria.
Llama los antiimperialistas argelinos a combatir esta propaganda, a denunciar los que la ejercen concientemente y a condenar las artimañas de las potencias imperialistas y de sus lacayos internos.

PADS, 10 de agosto del 2012