El miércoles 10 de octubre el FMLN cumplío su 32
aniversario. Una reflexión sobre cuál es el legado y el aporte a las
transformaciones en El Salvador, 32 años después.
El FMLN es un partido que nace de la historia de las luchas de nuestro país a
lo largo de todo el siglo pasado. Surge como parte de la unión de un conjunto de
organizaciones populares, democráticas, luchadoras contra la dictadura.
El principal legado que el FMLN ha dejado en la historia de El Salvador es
haber sido el protagonista principal en la abolición de la dictadura militar. El
FMLN se alzo en armas porque había una violación implacable de los Derechos
Humanos por parte de la dictadura militar, y surge como un movimiento enfrentado
a esa negación de las libertades políticas y desata una lucha popular armada
desde los años ochentas que concluyó con los Acuerdos de Paz.
El Acuerdo de Paz que es una redefinición de las reglas del juego desde los
puntos de vista político, democrático en el país, de donde surgen un conjunto de
instituciones como la Procuraduría de Derechos Humanos, un nuevo ordenamiento
para las Magistraturas en la Corte Suprema de Justicia, surge el Tribunal
Supremo Electoral, se crea la Policía Nacional Civil, se reduce la Fuerza
Armada, se depura la Fuerza Armada de los miembros que habían participado en
graves violaciones a los Derechos Humanos, se le limitan las atribuciones a las
Fuerzas Armadas y solo le quedaron dos: la defensa del territorio nacional y su
soberanía.
El Acuerdo de Paz, es la nueva carta que desarrolla la Constitución de la
República.
El FMLN ha seguido luchando por la vía institucional democrática después de
1992, desde la primera elección quedamos como la segunda fuerza política del
país y después de 17 años de lucha, logramos llegar a la Presidencia de la
República iniciando un nuevo proceso de transformaciones con el Presidente
Funes.
Este proceso para que se consolide necesita continuarse, se necesitan por lo
menos 15 años para consolidarse, este es el primer período del Gobierno y
esperamos que el pueblo nos dé el beneficio de la confianza para continuar
avanzando y podamos en el 2014 asegurar la continuidad de este proceso
democrático.
Historia del FMLN
El origen del Frente Farabundo Martí para la Liberación Nacional (FMLN) es
reflejo de su ideario, principios y práctica política, en definitiva, de su
militancia, pues el FMLN es fruto de valores como la inclusión, la unidad, el
colectivismo y la organización, en función de los intereses y anhelos de las
grandes mayorías de nuestro país. El FMLN, desde sus inicios, mantiene su
compromiso con la libertad, la justicia, la democracia y la vida digna de todas
y todos los salvadoreños.
El proceso de lucha del pueblo salvadoreño para la construcción del poder
popular, se extendió de diferentes formas durante la década de los 70, cuando el
auge de distintas organizaciones políticas y sociales, aglutinaron entre sus
filas a salvadoreños y salvadoreñas de distinto signo social, decididos a
construir una nueva nación: democrática, revolucionaria y socialista; logrando
finalmente, independencia y libre determinación para nuestro país. El compromiso
y la determinación por parte de las organizaciones revolucionarias, para
derrotar la dictadura militar de aquel momento, aceleraron la crisis del modelo
político y económico nacional.
El ímpetu revolucionario de las organizaciones populares en las calles
salvadoreñas, especialmente en la capital, recibió el impulso y ejemplo del
triunfo de la Revolución Sandinista en Nicaragua, el 19 de julio de 1979. Con el
golpe de estado contra el General Romero, del 15 de octubre de ese mismo año, se
crearon las condiciones para avanzar hacia una izquierda revolucionaria
unificada.
Cinco estructuras políticas dieron vida al FMLN: el Partido Comunista de El
Salvador (PCS), las Fuerzas Populares de Liberación âFarabundo MartÃâ (FPL), el
Ejército Revolucionario del Pueblo (ERP), la Resistencia Nacional (RN) y el
Partido Revolucionario de los Trabajadores Centroamericanos (PRTC).
La fundación del FMLN tuvo momentos previos. En diciembre de 1979, el PCS,
las FPL y la RN constituyeron la Coordinadora Político Militar (CPM), cuyo
primer manifiesto dejaba abierta la posibilidad de incorporación del resto de
organizaciones de izquierda, a la vez que declaraba el carácter democrático de
la revolución, sus fundamentos históricos, su orientación socialista y los
contenidos programáticos inmediatos. Los primeros pasos para la unificación del
movimiento popular estaban dados.
En enero de 1980, las organizaciones de masas de las cinco estructuras
políticas antes mencionadas, crearon la Coordinadora Revolucionaria de Masas
(CRM), que daría mayor impulso a las demandas populares que en ese momento
inundaban las calles del país, confrontando y desafiando de manera directa la
represión ordenada por el régimen militar. La dictadura creía de manera
equivocada, que su política de terror y muerte acabaría debilitando el
movimiento popular, que contrario a perder la moral, continuó creciendo en
militancia, coordinación y organización. El régimen ignoraba que el pueblo
salvadoreño había tomado una decisión y no daría marcha atrás; se llegaría hasta
las últimas consecuencias.
En mayo de ese mismo año, el PCS, las FPL, el ERP y la RN integraron la
Dirección Revolucionaria Unificada (DRU), con el objetivo de que el proceso
revolucionario tuviera una sola dirección, un solo plan militar y un solo mando,
en síntesis: una sola línea política-militar.
El 10 de octubre de 1980, la DRU dio vida al FMLN, dos meses después se
incorporaría el PRTC. El FMLN era resultado de décadas de luchas y organización
por hacer realidad las demandas del pueblo salvadoreño: democracia, justicia
social y autodeterminación nacional. Las condiciones de aquel momento
estimularon el lanzamiento de la Ofensiva General en enero de 1981, que daría
paso a la Guerra Popular Revolucionaria.
El desarrollo e intensificación del conflicto permitió el avance de la unidad
al interior del FMLN. Las cinco organizaciones emprendieron la ejecución de
líneas y planes elaborados por la Comandancia General, superando los obstáculos
de la lucha armada y madurando la idea de un partido unificado, tanto entre la
dirigencia, como entre las y los combatientes. Las victorias militares de aquel
momento, fueron posibles por el sentido de unión para el cumplimiento de las
líneas, estrategias y planes comunes. El futuro cada vez era más prometedor.
La lucha armada desembocó en el diálogo con el Gobierno, conquistando la
firma de los Acuerdos de Paz el 16 de enero de 1992, en Chapultepec, México,
culminando de esta manera la estrategia política militar. Hubo fiesta en cada
rincón del país, el pueblo salvadoreño celebró la consecución de un nuevo paso
en la democratización de una nación entera. Ese día simbolizó el salto de
trinchera en la lucha por la transformación de la realidad nacional, al pasar de
la guerra armada a la beligerancia política.
Con la firma de los Acuerdos de Paz se puso fin a sesenta años de dictadura
militar y se lograron valiosas conquistas en el ámbito de la reestructuración de
los cuerpos de seguridad, así como en la construcción y el fortalecimiento de
una institucionalidad democrática, que hasta ese momento era desconocida en El
Salvador.
La tarea de idear y establecer un partido político no fue nada fácil. Primero
había que romper con el muro de terror levantado a lo largo de sesenta años de
represión militar. Después hubo que derrotar las pícaras costumbres e intereses
ocultos de los sectores políticos de la derecha, que pretendían impedir la
legalización del FMLN. Por último, las dificultades propias de organización de
un partido político con aspiraciones de alcance nacional, plantearon nuevos
retos que finalmente fueron superados. El Frente Farabundo Martí tuvo que
transformar sus estructuras y fuerzas diseñadas para la guerra, en estructuras y
fuerzas que funcionaran para la lucha política y social, contra el mismo enemigo
pero en un campo de batalla nuevo.
El FMLN se fundó como partido político, de manera pública y legal, el uno de
septiembre de 1992, el Tribunal Supremo Electoral admitió su registro legal y le
otorgó personería jurídica el 14 de diciembre de ese año, convirtiéndose así en
el instrumento político para la lucha del pueblo salvadoreño. Desde entonces, el
esfuerzo partidario puso su mayor énfasis en los temas de organización y de
unificación, en la búsqueda por asegurar la consecución de los objetivos que
superen los desafíos y retos históricos, que tanto el contexto nacional como
mundial demandan.
De la primera experiencia electoral del FMLN, en marzo de 1994, el partido
surgió como la segunda fuerza política nacional. En esas elecciones se ganaron
15 Alcaldías y 21 escaños en la Asamblea Legislativa, con un total de 287 mil
votos, el 21.39% del total de votos válidos. Un resultado que sorprendió a los
sectores políticos de derecha, que confiaban en que el FMLN no resultaría ser un
competidor político de importancia.
En junio de 1995, tras varios meses de debates, el Consejo Nacional del FMLN
determinó que éste debía convertirse en un partido de tendencias, lo que
significaba trabajar por una gradual disolución de las estructuras organizativas
de cada partido que dieron origen al Frente Farabundo Martí. Con esta decisión
se avanzó de manera firme hacia la unificación del FMLN.
Las participaciones electorales tuvieron varios efectos más allá de los
triunfos obtenidos, pues con la experiencia lograda se ha caminado en la
afinación del instrumento de lucha política, a través del diseño de nuevas y
mejores estrategias de organización y participación, pero también de lucha
electoral, a la vez que se fue obteniendo más confianza por parte del pueblo
salvadoreño, que en cada nueva elección se decidía a vencer el miedo de las
campañas mediáticas dirigidas por la derecha. El FMLN ha ido creciendo en número
de votos en cada nueva contienda electoral.
La batalla por el cumplimiento de los Acuerdos de Paz y el largo proceso de
luchas sociales y políticas durante el período entre 1992 y 2009, se enmarcan en
la primera etapa del período histórico de transición del partido, un período a
veces contradictorio y conflictivo, pero marcado por los avances en la ruta de
la revolución democrática, destacándose la consecución de importantes logros en
cuanto a transformaciones estructurales, principalmente políticas.
La etapa de lucha que enfrentamos en la actualidad es totalmente nueva: ahora
somos la primera fuerza política del país; tenemos el Grupo Parlamentario con
mayor representación en la Asamblea Legislativa; gobernamos importantes
ciudades, con un presente de sólido desarrollo que aseguran un próspero futuro;
y tenemos una importante representación en el Gobierno Central, que impulsará y
profundizará los cambios que saldarán las enormes deudas históricas con las
grandes mayorías de El Salvador.
El programa y los objetivos democráticos del FMLN se abren paso después del
triunfo electoral de marzo 2009. La victoria presidencial alcanzada requiere
ahora de todos nuestros esfuerzos, acompañados de la mística de unidad que nos
ha permitido conseguir logros importantes a lo largo de más de tres décadas,
consolidando la fuerza del FMLN y profundizando los cambios históricos que
exigen las grandes mayorías de nuestro país. Los compromisos, los retos y
desafíos que la realidad nos encara, deben servir para pulir la determinación y
la audacia de nuestra militancia, para encontrar las soluciones que encaminen la
obtención de los objetivos del partido, en la construcción de una nación
nueva.
Nuestro país se enrumba hacia la senda del movimiento internacional que desde
América Latina y el Caribe, estremece el sistema político y económico
antipopular impuesto. Somos parte de los hombres y mujeres que escriben el
futuro de nuestro continente.
La unidad, cohesión y coherencia del FMLN han sido indispensables para su
avance en la lucha por la revolución democrática: tanto en la victoria política
lograda en la guerra, el exitoso desenlace de acuerdos políticos negociados, su
ejecución, y el impulso de luchas sociales con desenlaces electorales, siempre
con la mirada puesta en la revolución democrática de orientación socialista.
Desde su nacimiento, el FMLN se ha identificado con los intereses y anhelos
de las grandes mayorías de nuestro país, es eso lo que define, política e
ideológicamente, nuestro papel transformador dentro de la sociedad.
No podemos confundirnos, la lucha sigue siendo la misma, las condiciones del
campo de batalla son otras, pero la conducción histórica del compañero Schafik
Hándal nos escolta, señalándonos el camino correcto por el que transitamos.
FELICIDADES EN ESTOS 32 AÑOS DE LUCHAS Y
VICTORIAS
FELICIDADES PUEBLO SALVADOREÑO LUCHADOR Y
REVOLUCIONARIO.
FELICIDADES COMPAÑEROS LUCHADORES SOCIALES Y GLORIOSO
PUEBLO SALVADOREÑO.
VIVA EL
FMLN