A continuación, en nombre del Grupo de La Izquierda Plural tiene la palabra el señor Nuet.
El señor NUET PUJALS: En primer lugar, señor ministro, quiero agradecerle su comparecencia a la vuelta de vacaciones.
La intervención que ha hecho hoy, si la del 31 de julio en esta misma sala antes de marcharnos de vacaciones hablando del conflicto de Gaza y hablando de Ucrania, nos dejó preocupados, la intervención que nos hace hoy aún nos asusta un poquito más. Usted que ha tomado fuerzas -espero- en estas vacaciones ha venida aquí tocando los tambores de guerra. Fuera del lenguaje diplomático correcto y fuera de los tecnicismos ¿qué nos propone en su intervención? En primer lugar, nos propone que normalicemos el tema de guerra en Europa, porque la guerra en Ucrania es guerra en Europa; en las fronteras de Europa si queremos, pero en Europa. Por un lado, guerra comercial, a la cual España se apunta a pesar de nuestros agricultores, evidentemente. Y, en segundo lugar, guerra física, porque los acuerdos de la cumbre de la OTAN en País de Gales, a los cuales España ha accedido, evidentemente no son promesas de paz ni cartas de amor. Son propuestas de guerra; son propuestas agresivas para enseñar la pistola encima de la mesa a Rusia y pensar que esa es la estrategia mejor para resolver el conflicto de Ucrania.
Nos propone también guerra en Irak. Ya sé que ustedes, en el Partido Popular, tienen con Irak una espinita clavada y les gustaría volver allí para recoger los laureles que se dejaron en su momento. (Protestas). Evidentemente, la solución para Irak no es la coalición liderada por Estados Unidos que promete más bombas masivas para el destrozado pueblo iraquí. Por tanto, España no debería no solo no enviar ni un soldado sino tampoco participar en los compromisos que parece que ya ha tomado, sea la utilización de nuestras bases, el equipamiento, el material, etcétera, que usted ha descrito mínimamente. Ya veremos cómo evoluciona el conflicto.
Del tema de Siria y del tema de Libia, el gran problema, señor ministro, es que ahora no saben cómo resolver la que han liado, en primer lugar, con la invasión de Libia que, en su momento, ya fue un importante conflicto diplomático engañando a parte de la comunidad internacional y usando -¿se acuerda?- la protección del espacio aéreo para encubrir una invasión y un derrocamiento de un gobierno, como si fuésemos -se lo dije julio- piratas del Caribe, en este caso, piratas del Mediterráneo. Sí, España tiene en todo esto una parte pequeña. Como dijo en su día un importante dirigente de la izquierda española: Somos una ruedecilla de la estrategia geopolítica que otros deciden. Y nosotros estamos como fiel escudero siempre allí prestos a recibir órdenes y acatarlas de forma sumisa, señor ministro; también en Libia. Y también en Siria, donde es verdad que, gracias a la oposición una parte de la comunidad internacional, no ha habido invasión; una invasión prometida. Ya veremos cómo acaba también el conflicto iraquí y si esa coalición no es una espada de doble filo para Irak y, tal vez, para algún otro país cercano.
De momento no hablamos de Irán, por suerte. La multiplicación de escenarios hace difícil pensar que se siga con los planes que se tenían -y que, posiblemente, no se han olvidado- de intervención militar con el tema de Irán. Evidentemente, no hemos hablado hoy tampoco de Afganistán, donde tenemos aún soldados españoles y, evidentemente, Palestina es un conflicto olvidado. Ha quedado claro en su intervención. Las buenas palabras de siempre, señor ministro, pero evidentemente nada cambia. Israel sigue con su hoja de ruta hasta que consiga -y cada vez está más cerca- impedir físicamente la idea de dos estados; y cada día está -repito- un poquito más cerca.
Entro en algunas consideraciones. La cumbre de la OTAN, celebrada el País de Gales los días 4 y 5 de septiembre, como objetivo apremiante, la implementación del plan de preparación de la actuación que significa la creación y el despliegue de unidades de intervención rápida, no en cualquier país, señor ministro, Polonia, Países Bálticos, Rumania y Bulgaria. Por tanto, se pretende seguir con la implementación y aunque se habla de que no va a haber bases permanentes, la Fuerza de Intervención Rápida se va a establecer de forma permanente en distintos países que rodean a Rusia. Por tanto, estamos hablando de una estrategia militar y de una estrategia ofensiva. Se lo dijo muy bien el presidente Barack Obama al señor Poroshenko cuando tuvieron ocasión y le recordó lo que iba a hacer Estados Unidos. Sobre esto que le voy a leer ahora mismo, yo le pregunto: ¿estamos de acuerdo, señor ministro? ¿España está de acuerdo con este tipo de política? La política del Gobierno de Estados Unidos consiste en fortalecer su presencia militar en Europa, al tiempo que anuncia que solicitará al Congreso norteamericano la aprobación de un presupuesto especial de cerca de 1.000 millones de dólares para el propósito de la mejora y ampliación de la presencia militar en Europa. Insta a los miembros de la OTAN -por tanto, nos insta, señor ministro- a incrementar los recursos destinados al desarrollo militar, además de informar de sus proyectos de colaborar con países muy concretos: Ucrania, Georgia y Moldavia. Evidentemente también recordó el envío de los doce F-16 a Polonia. ¿Qué cree que va a contestar Rusia ante eso? ¿Qué cree de verdad que va a ocurrir ante este despliegue de la política de Estados Unidos y de la OTAN, que en definitiva es la política de Estados Unidos secundada por algunos países como España? Pues nada bueno casi con toda seguridad, como posiblemente ocurriría si en las narices de Estados Unidos le estuviesen colocando una propuesta militar de estas características. Por tanto, diga las cosas por su nombre, señor ministro. Qué es lo que aprobó España y qué es lo que acordó el presidente de este Gobierno en el País de Gales en el encuentro de la OTAN, si es que le dieron opción a opinar.
No voy a repetir mi intervención de julio sobre cuál es la profundidad del conflicto de Ucrania y cuáles son sus vías de resolución, pero no vamos por buen camino, a pesar de los esfuerzos de la señora Merkel -muy interesada en el acuerdo entre Rusia, Ucrania y la Unión Europea- por encontrar vías de salida y de diálogo. Sin embargo, esas vías son continuamente torpedeadas, señor ministro, por otros intereses estratégicos. La Unión Europea tiene que tener claro que el caso de Ucrania y nuestra relación con Rusia es una alianza estratégica desde todos los puntos de vista: histórico, comercial, geopolítico, etcétera. Por tanto, no puede dar apoyo de ninguna de las maneras a esta estrategia suicida, porque solo nos lleva a incrementar el conflicto como si estuviésemos de nuevo en los peores tiempos de la guerra fría.
Con el tema de Palestina es muy sencillo… En primer lugar, el fin del bloque es clave sobre la Franja de Gaza. En este momento hay 1,8 millones de palestinos atrapados. Hay falta de combustible, falta de electricidad, una carencia total de agua potable por problemas de suministro de piezas, así como impedimentos para que materias primas, como por ejemplo el cemento, lleguen a la Franja de Gaza. Por eso, en este momento no se puede llevar la reconstrucción adelante porque el bloqueo israelí sobre la Franja de Gaza sigue. En segundo lugar, hay que llevar a juicio a los responsables de los crímenes de guerra que en Gaza se han desarrollado. Si olvidamos de nuevo a los miles de muertos, dentro de poco tiempo -como usted dijo también que podía pasar en julio porque era un conflicto recurrente- volveremos a discutir una nueva invasión israelí en Gaza. Evidentemente, no hablamos de Cisjordania donde siguen los planes de expansión de Israel a través de las colonias, pero también a través de un nuevo plan de ocupación y de seguridad de tierras que priva al pueblo palestino de partes de ese minúsculo ya territorio en este momento. Ante eso, ¿qué decimos?, ¿qué hacemos? Es complicado.
Y evidentemente, respecto a la venta de armas a Israel, España no debería venderle ni una bala. Señor ministro, la bala que le vendemos a Israel acabará en la cabeza de un niño palestino (Un señor diputado: ¡Toma ya!); esto es así.
Para acabar, quiero mencionar el tema de Irak. En primer lugar, hay que señalar que el sectarismo del Gobierno Maliki es en gran parte responsable de la situación en la que estamos, Gobierno profundamente sectario y profundamente corrupto que ha llevado a Irak al principio, igual que ocurre en Libia, de Estado fallido. La solución, no son, repito, más bombas; la solución es entender, por ejemplo -y acabo con esto-, que la oposición al actual Gobierno de Irak no es solo -ni muchísimo menos- el Estado Islámico. El Estado Islámico es un fantoche necesario en muchas ocasiones para justificar la intervención, señor ministro. Hay mucho más que el Estado Islámico en Irak, como fuerzas de oposición al actual Gobierno de Irak, fuerzas con las que deberíamos mantener todo tipo de relaciones, no solo, como dice usted, con el legítimo Gobierno de Irak, y eso de legítimo me lo tendría que explicar porque existen más que dudas sobre su legitimidad democrática.
Acabo con este tema. Podríamos hablar mucho más, ministro, pero espero que esté pronto de vuelta a la Comisión porque, como puede comprobar, las cosas están peliagudas.
Font:
El Bloc de Joan Josep Nuet