Avís important

L’1 de novembre de 2014, el Partit dels i les Comunistes de Catalunya va acordar la seva dissolució com a partit polític i la cessió de tot el seu capital humà, polític i material a una nova organització unitària: Comunistes de Catalunya.

Com a conseqüència d'aquest fet, aquesta pàgina web ja no s'actualitza. Podeu seguir l'activitat dels i les comunistes a la pàgina web de Comunistes.cat.


divendres, 13 de gener del 2012

Washington debate guerra afgana mientras crecen los costos

WORKERS
Por G. Dunkel

Hay un debate velado en las salas de poder de Washington sobre si proseguir y cómo, la guerra de EE.UU./OTAN en Afganistán. Mientras tanto, el Gobierno de la vecina Pakistán está bloqueando una ruta de suministro militar vital para las tropas estadounidenses.

El comandante de las fuerzas estadounidenses en Afganistán, General John Allen dijo al New York Times el 20 de diciembre que una cantidad considerable de tropas estadounidenses se quedaría, incluso después de la programada fecha de retirada en 2014. Unos días más tarde, el presidente afgano Hamid Karzai anunció bajo la presión de Washington, que está de acuerdo con permitir a los talibanes establecer una oficina en Qatar para que negocien. (ABC News, 30 de diciembre)

Existe un apoyo significativo de la clase dominante para las negociaciones. Tanto el Fondo de los Hermanos Rockefeller como la Fundación Carnegie ayudaron a financiar una reciente propuesta detallada de la Fundación Century titulada “Afganistán: negociando la paz” sobre lo que implicaría un acuerdo de paz en Afganistán.

No está claro si todas las facciones del Talibán, tanto en Afganistán como en Pakistán, están dispuestas a negociar.

Al permitir que el Talibán establezca una oficina, Washington está admitiendo que el ejército estadounidense y sus aliados no pueden estratégicamente derrocar la resistencia afgana. Esto es cierto a pesar de las aproximadamente 98.000 tropas estadounidenses que ocupan Afganistán, junto a los 90.400 contratistas del Departamento de Defensa y los 30.000 soldados de aliados como Francia y Alemania. (Congressional Research Service, CRS, R40764 [Servicio Congresional de Investigaciones]).

Las cifras del CRS cuentan solamente las tropas en tierra — excluyen las Fuerzas Especiales y el personal de las fuerzas aérea y naval que están asignadas al teatro de guerra. Puede que también el CRS esté desestimando la cantidad de mercenarios, un nombre más exacto para los que el Departamento de Defensa llama “contratistas”.

El costo de mantener los niveles actuales de tropas más allá del 2014 resultaría muy alto. Hasta el 18 de marzo, el Congreso había aprobado $1,28 billones para todas las operaciones mayormente militares, que Washington justificaba como respuesta a los eventos del 11 de septiembre de 2001. Cerca de $444 mil millones de esa cantidad fueron gastados en Afganistán. Usando las predicciones de reducción de tropas del “plan de retirada” del 2014 del Presidente Barack Obama, los costos proyectados para todas estas operaciones hasta el fin del 2021 serían $1,8 billones. Esto dejaría todavía miles de “asesores y entrenadores” en tierra afgana. (CRS, RL33110).

Actualmente, el Depto. de Defensa está gastando alrededor de $6,7 miles de millones al mes en Afganistán. Así que, el mantener los niveles actuales hasta 2021 costaría aproximadamente de $250 a $300 miles de millones más, alcanzando un total de hasta casi $2 billones.

Estas cifras representan solamente lo que el Depto. de Defensa está dispuesto a admitir que gastó. Hace tres años en su libro sobre Irak, “La guerra de tres billones de dólares” (“The Three Trillion Dollar War”, el economista ganador del premio Nobel, Joseph E. Stiglitz, y Linda Barnes estimaron el costo de la guerra para EE.UU. de $3 a $5 billones. Recientemente, Stiglitz estimó otros $600 a $900 miles de millones en pagos futuros por incapacidad y cuidado de salud.

El costo y el impacto de 10 años de combate en Afganistán no han sido estimados por ser imposible recoger estadísticas allí de forma segura. Respecto al nivel de vida de la población, el Índice de Desarrollo Humano de la ONU, el cual mide en forma general el bienestar de la población de un país, clasifica Afganistán en el puesto 181 en un total de 182 países. La cifra de muertes maternas durante el parto — 1.600 a 2.000 por 100.000 nacimientos — son las peores en el mundo. También tiene la proporción más alta de gente con discapacidades como resultado de minas de tierra y por el polio. (Barnett Rubin, “The Fragmentatio of Afghanistan,” [La fragmentación de Afganistán], pág. xi)

Desde que el CRS hizo sus cálculos, un factor nuevo se añadirá a los costos futuros de la ocupación de Afganistán; la clausura por Pakistán de la frontera Pakistán-Afganistán a las caravanas de suministros estadounidenses, la cual empezó el 27 de noviembre. Pakistán impuso este bloqueo después de que días anteriores ataques aéreos estadounidenses mataran a 24 soldados pakistaníes. Washington se negó a pedir disculpas, y el pueblo pakistaní comenzó a bloquear las entregas a las tropas estadounidenses.

Después de cierres temporeros anteriores, el Pentágono reportó que el 30 por ciento de sus provisiones estaban entrando a través de Pakistán. Otro 30 por ciento de estas provisiones llega por avión, y el resto llega por camión y tren desde los puertos de Rusia a través de mucha de la tierra de Eurasia, llegando a Afganistán por Uzbekistán o Tayikistán. En un programa de NPR el 25 de diciembre, una tropa estadounidense dijo que un galón de petróleo entregado por esa manera a un cuartel aislado cuesta $100 ó más. Al seguir con esta ruta se elevarán los costos.

Un bloqueo continuado intensificará los costos de guerra aún mientras el Congreso estadounidense trata de imponer “austeridad” en todos los programas sociales en este país y se estanca la economía. ARTICLE

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dilluns, 9 de gener del 2012

La mitad de EE.UU. es pobre

Karl Marx tenía razón: la brecha crece entre el 99% y el 1%

FRED GOLDSTEIN

El número de personas en los EE.UU. que son oficialmente pobres o “casi pobres” se ha convertido en un tema de controversia.

La Oficina del Censo ha cambiado el método por el cual mide la pobreza oficial. Ahora las diferencias regionales son tomadas en cuenta al calcular el costo de mantener una familia, así como la adición de cualquier asistencia del gobierno — como los cupones de alimento — a los ingresos de una familia, mientras que le restan los gastos médicos, de transporte, de cuidado infantil y otros.

El periódico The New York Times pidió las cifras basadas en estos nuevos métodos de cálculo oficial de pobreza a la Oficina del Censo. El nuevo porcentaje era impactante. El Times publicó sus conclusiones en noviembre. Declaró que el número de personas que vive en la pobreza es de 100 millones, o sea una de cada tres personas en los EE.UU.

Pero un mes más tarde, en diciembre, la agencia Prensa Asociada publicó sus conclusiones basadas en los nuevos cálculos. Encontró que 150 millones — lo que significa que casi una de cada dos personas — era pobre o “casi pobre”. Casi pobre significa tener que luchar para poder pagar las cuentas.

Esto fue aún más impactante.

Ambas cifras se basaron en los mismos resultados de la Oficina del Censo. La diferencia es que el primer estudio contó a todas las personas que viven en el 150 por ciento o menos del nivel de pobreza. El nivel oficial de pobreza para una familia de cuatro con dos niños/as, en virtud de las nuevas medidas adoptadas por la Oficina de Censo, se fijó en un ingreso anual de $24.343.

El segundo estudio, utilizando la misma base de datos, incluía a las personas que viven en el 200 por ciento o menos del nivel de pobreza. Encontró que una familia de cuatro personas, incluyendo a dos niños/as, con un ingreso anual de $48.686 aún luchaba por sobrevivir y vivía en tal precariedad que pronto podría irse a pique. Cualquiera que esté tratando de mantener unida a una familia de cuatro con estos ingresos sin duda estará de acuerdo con la definición más amplia.

La Oficina del Censo se apresuró a “aclarar” la situación, declarando que era erróneo concluir que la mitad de las personas en los EE.UU. era pobre o “casi pobre”. De todos modos, decían que el gobierno no tiene una definición de “ingresos bajos” o de “casi pobres”, por lo que todo el debate estaba equivocado. Esta discusión rápidamente desapareció de los grandes medios de comunicación.

’No se necesita un meteorólogo’

No importa qué número se adopte, el hecho es que los salarios reales han estado cayendo durante 30 años conforme los capitalistas integran nuevas tecnologías, aceleran el trabajo y obligan a millones de obreros/as a trabajar a tiempo parcial. Desde que la crisis económica se inició en agosto del 2007, los salarios han caído aún más drásticamente. Por lo menos 30 millones están desempleados/as o subempleados/as. Millones de personas han sido forzadas fuera de sus hogares al ejecutar sus hipotecas. Y la asistencia del gobierno está siendo recortada hasta el hueso a nivel federal, estatal y local.

En otras palabras, el debate sobre cuánta pobreza existe según las estadísticas del gobierno es sólo un debate sobre las definiciones del gobierno y las categorías de la Oficina del Censo. Independientemente, la pobreza y el sufrimiento son reales y están aumentando. Y aún según las estadísticas oficiales, la pobreza en Estados Unidos aumentó por 2,6 millones entre 2009 y 2010.

Como dice el refrán, ‘no se necesita un meteorólogo’ para saber en qué dirección sopla el viento. La pobreza es parte integral del capitalismo. Durante una crisis económica con esta duración y gravedad, la pobreza crece más profunda y ampliamente.

Karl Marx sobre el 1% y el 99 %

Cabe reiterar que el crecimiento de la pobreza es parte del capitalismo. De hecho, Karl Marx, al escribir el “Manifiesto Comunista” en 1848, presagió la descripción del 1% frente al 99%.

Argumentando en contra de los capitalistas, que se quejaban sobre el programa comunista de abolir la propiedad privada en los medios de producción, Marx escribió:

“Os aterráis de que queramos abolir la propiedad privada, ¡cómo si ya en el seno de vuestra sociedad actual, la propiedad privada no estuviese abolida para nueve décimas partes de la población, como si no existiese precisamente a costa de no existir para esas nueve décimas partes! ¿Qué es, pues, lo que en rigor nos reprocháis? Querer destruir un régimen de propiedad que tiene por necesaria condición el despojo de la inmensa mayoría de la sociedad.

“Nos reprocháis, para decirlo de una vez, querer abolir vuestra propiedad. Pues sí, a eso es a lo que aspiramos”.

Marx escribió sobre la décima parte de la población frente a las nueve décimas partes durante las primeras etapas del capitalismo, antes de que la gran concentración de riquezas, que él previó, hubiera alcanzado las proporciones del siglo XXI. De hecho, hoy sólo una pequeña fracción del 1%, los multimillonarios, efectivamente controlan la riqueza.

Marx escribió hace 160 años, antes de la era del capital financiero con sus fondos de cobertura y sus riquezas inimaginables. Pero aunque escribió del 10 por ciento y del 90 por ciento, él señaló y analizó cómo la tendencia del capitalismo es concentrar la riqueza en menos y menos manos, dejando a las masas sin ninguna propiedad y viviendo en la pobreza.

Después de 20 años más de estudiar el capitalismo, Marx en 1867 escribió en “El Capital”, Tomo I, capítulo 25, sobre la “Ley General de acumulación capitalista”. Describió el papel de la tecnología en la creación de pobreza y de un número creciente de trabajadores/as desempleados/as, que él llamó “el ejército de reserva de desempleados”:

“La ley, finalmente, que mantiene un equilibrio constante entre la sobrepoblación relativa o ejército industrial de reserva y el volumen e intensidad de la acumulación, encadena el obrero al capital con grillos más firmes que las cuñas con que Hefesto aseguró a Prometeo en la roca. Esta ley produce una acumulación de miseria proporcionada a la acumulación de capital. La acumulación de riqueza en un polo es al propio tiempo, pues, acumulación de miseria, tormentos de trabajo, esclavitud, ignorancia, embrutecimiento y degradación moral en el polo opuesto, esto es, donde se halla la clase que produce su propio producto como capital.” [Se pueden leer “El Manifesto Comunista” y “El Capital” en marxists.org/archive.][Nota de traducción: Capítulo XXIII, del Libro I en http://www.ucm.es]

Pero Marx no solamente describió la pobreza y la desigualdad en riquezas. Él analizó sus orígenes en la relación del trabajo asalariado al capital. Demostró que el sistema de ganancias, el sistema de propiedad privada, se basa en los/as trabajadores/as que venden su fuerza de trabajo a los empresarios que la utilizan para aumentar su capital, sus ganancias y su riqueza personal.

Esto es tan cierto hoy como lo era en 1848 y 1867. Las mismas leyes descritas por Marx han provocado la crisis económica mundial que estamos viviendo. Las leyes del capitalismo, especialmente el permanente impulso competitivo inherente por obtener ganancias, también impulsan la tecnología, la aceleración del trabajo, los sueldos bajos, la sobreproducción, y a la larga, la destrucción de los empleos y los ingresos para las masas.

La polarización de la sociedad en 1% y 99% es sistémica. Y es el sistema el que en última instancia debe ser destruido.

Entretanto, el movimiento de Ocupar Wall Street ha empujado a la sociedad hacia un gran paso adelante al exponer a los ricos y tomar medidas contra ellos. Al hacerlo, ha despertado a grandes sectores de la sociedad a que se den cuenta de que su pobreza, sus empleos sin oportunidades de progresar, su lucha por sobrevivir, no son su culpa, sino la culpa del sistema capitalista.

Así, el OWS ha legitimado y ampliamente difundido la oposición al sistema, moviéndonos a todos/as a un paso más cerca de poder deshacerse de la totalidad del 1% y establecer el dominio del 99% — es decir, eliminar la autocrática clase dominante capitalista y establecer la autoridad democrática de los/as trabajadores/as y los/as oprimidos/as

MUNDO OBRERO

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dijous, 29 de desembre del 2011

Las diez personas más codiciosas de Estados Unidos en 2011

SINPERMISO SAM PIZZIGATI*
Uno invierte en el fútbol. Otro gana miles de millones con una granja virtual. Todos nos recuerdan lo que debe cambiar, económica y políticamente, a partir de 2012.

Los más codiciosos en 2011 no han sido más codiciosos, como grupo, que cualquier otro codicioso del pasado reciente. Sólo parecen serlo.

No tienes que ganar un millón para ser clasificado como codicioso estrella

¿Cómo? Tenemos un marco completamente nuevo de referencia. El levantamiento repentino, y estimulante, del movimiento Ocupa del otoño pasado nos ha ayudado a recordar lo que, como sociedad, lamentablemente hemos olvidado: que las sociedades inteligentes y decentes nunca dejan que las minorías se queden con las recompensas que deberían compartirse entre todos.

¿Quién obtuvo dinero de la forma más codiciosa en 2011? No contamos con un criterio estadístico que nos ayude a determinarlo. Sin embargo, no tienes que ganar un millón para calificar como codicioso estrella. Sí tienes que ser implacable, egoísta y tremendamente insensible.

Esa descripción, hay que admitirlo, le cabe a muchas más personas que a nuestros diez “no honrados” a continuación. Tal vez el próximo año, esperemos, nos sea más difícil completar la lista.

10/ Paul Hoolahan: aprovechar el Sugar Bowl

La codicia nunca ha sido ajena a los deportes profesionales. Pero el personaje del deporte más avaro de este año trabaja para una organización sin fines de lucro. Te presento a Paul Hoolahan, Gerente General del Sugar Bowl, uno de los cuatro partidos de fútbol universitario postemporada que rota organizando el campeonato nacional universitario.

El Sugar Bowl disfruta de su estado exento de impuestos y suele revender sus contribuciones a causas justas. Pero, tal vez la causa justa favorita de Hoolahan sea la suya propia. En 2009 sólo se llevó a casa un poco menos de $600.000, el último año con cifras disponibles, casi cuadriplicó su sueldo a $160.500 por el mismo trabajo 13 años antes.

Un análisis del Washington Post recientemente advirtió que Hoolahan y sus dos asesores se quedan con $1 de cada $10 que el Sugar Bowl genera. Al mismo tiempo, añade que Arizona Republic, el Sugar Bowl y sus tres socios de la “Bowl Championship Series” están donando a organizaciones de beneficencia sólo 20 centavos por cada $10 de ganancia.

El Sugar Bowl cuestiona esas cifras. Los asesores de Hoolahan dicen que su gestión nunca informa muchas donaciones “por ser ofrecimientos benéficos”.

En septiembre pasado, una de esas "donaciones" sin informar salió a la luz. El Sugar Bowl había gastado, tuvo que asumir un agente de Hoolahan, al menos $3.000 en contribuciones políticas al gobernador de Louisana, ninguna ley impositiva sin fines de lucro.

9/ Michael Duke: correr límites

¿Cómo terminan ganando tanto los gerentes generales? Pregúntale a Michael Duke, el Gerente General del gigante de las ventas minoristas, Wal-Mart. Duke se lleva a casa sus millones, $18,7 millones sólo del último año fiscal de su empresa, a la manera antigua: exprimiendo a sus trabajadores.

Pero a veces exprimir solamente no hace todo el trabajo. Eso no es problema para Michael Duke. Sólo corre el límite que determina su "pago por desempeño".

Duke se trasladó a la suite de gerente general de Wal-Mart en 2009. Desde entonces, eliminó el “pago Premium” por horas trabajadas los domingos, suspendió la participación en beneficios económicos, suprimió los beneficios del servicio de salud y redujo tanto el personal, según informa Retailing Today, que los clientes a veces no pueden encontrar carritos porque la tienda donde compran no cuenta con empleados disponibles para juntar los carritos del estacionamiento.

Esta suerte de reducción del personal crónica puede ayudar a explicar por qué las "ventas de las mismas tiendas" de Wal Mart, el “metro" comercial que compara las ventas de una cadena minorista en el mismo grupo de tiendas de un trimestre al otro, empezaron a caer luego de que Duke asumiera como Gerente General y no pararon hasta el otoño pasado.

Este desplome de la misma tienda debería costarle mucho al sueldo del Gerente Duke, ya que las ventas de la misma tienda, explica un análisis del New York Times, dan cuenta del 30 por ciento de los factores que Wal-Mart usó para calcular el bono de Duke.

Pero de repente, la primavera pasada, el comité de remuneración de la junta de directores de Wal-Mart eliminó algunas tiendas de ventas similares para los cálculos del bono de Duke. El resultado: Duke recibiría $16 millones por su “desempeño”, a pesar de la sorprendente disminución de ventas en las mismas tiendas de Wal-Mart.

El sueldo total de $18,7 millones de Duke por el año representaría 750 veces la paga anual de un trabajador de Wal-Mart que gana $12 por hora y trabaja 40 horas a la semana.

Aproximadamente un 75 por ciento de los trabajadores de Wal-Mart ganan menos de $12 por hora, según afirma un nuevo informe sobre el modelo comercial de Wal-Mart, y pocos empleados obtienen 40 horas.

8/ Robert Iger: jugar a ser el tío Walt

Imagina que pudieras vivir en el “lugar más feliz del mundo”. Aún mejor, ¡imagina que tú lo administras! Serías Robert Iger, el Gerente General del imperio del entretenimiento Disney.

Iger se convirtió en el número uno de Disney en 2005 y ese año ha sido uno de sus mejores. En enero, Disney anunció que la última remuneración anual de Igger alcanzaría los $28 millones, un 35 por ciento más que el año anterior.

En octubre, Iger obtuvo un nuevo convenio de pago que extendía su contrato como Gerente General hasta 2015 y añadía un cómodo último año como “presidente ejecutivo" de Disney, con $2,5 millones, para ayudarlo en la transición a la jubilación del mundo de fantasía.

¿No es suficiente para hacerte feliz? Qué te parece esto: este otoño Iger se convirtió en el último miembro de la junta de directores de Apple. Recibirá una propina de seis cifras por el trabajo y una copia gratis de cualquier producto de Apple que desee. Feliz, feliz, feliz.

Desafortunadamente, algunos empleados que trabajan en los hoteles de Disneyland han hecho llover sobre el desfile de Disney de Bob Iger. Estuvieron casi cuatro años sin contrato porque se negaban a aceptar las demandas de Disney temiendo que los harían pagar cientos de dólares extra por atención médica.

Estos empleados aguafiestas declararon este año en un foro de la comunidad que hizo que el pobre Bob Iger pareciera la reencarnación del Tío Rico. El sindicato de trabajadores del hotel señaló que el original Walt Disney ganaba 109 veces más que sus empleados en 1966. Actualmente Iger gana 781 veces más.

Esos empleados simplemente no entienden. El tío Walt podía tomar un lápiz y dibujar a Mickey Mouse cuando quería sentirse feliz. Robert Iger sólo puede contar su dinero.

Ahora Iger tiene que conformarse con un poquito menos. Los trabajadores del hotel de Disney finalmente han acordado un nuevo contrato para la primera semana de diciembre.

7/ Doug Oberhelman: amenaza de salida

A principios de 2011, los legisladores de Illinois aumentaron modestamente la tasa de impuestos de los ingresos corporativos de su estado para ayudar a salvar un déficit presupuestario del estado. Ese modesto aumentos pronto hizo que el Gerente General en la Caterpillar con base en Peoria sugiriera firmemente que su empresa Fortune 500 dejara el estado.

El Gerente General de Caterpillar Doug Oberherlman reflexionó: “Tengo que hacer lo que sea correcto para Caterpillar”.

Y tal vez para él también. En 2009, un año que vio a sólo tres corporaciones de EE. UU. despedir a más trabajadores que Caterpillar, Oberhelman se llevó a casa un poco menos de $3 millones. Su sueldo del año anterior fue de $10,4 millones.

Entretanto, los trabajadores de Caterpillar tienen un nuevo contrato por seis años que, según señala una crónica, no incluye aumentos de sueldos y sí un gran aumento en las primas de atención médica.

Caterpillar parece explotar una fisura legal impositiva tan sistemáticamente como a los empleados. Desde 2004 a 2009, de sus $30,4 mil millones en ganancias la compañía pagó sólo un 1,04 por ciento en impuestos a los ingresos en Ilinois.

6/ William Weldon: sin ver nada

Lentes de contacto. Implantes de cadera. Medicamentos de venta libre para niños. Lo que se te ocurra, Johnson & Johnson, la segunda compañía de productos para el cuidado de la salud más grande del mundo, lo ha sacado del mercado durante los últimos tres años.

Esa es una de las razones por las que las ventas de J&J no han podido aumentar durante los últimos dos años, por primera vez desde la Gran Depresión. Los trabajos en J&J también han disminuido. Según un informe del Institute por Police Studies, la compañía ha realizado casi 10.000 despidos desde 2004, a pesar de los $49,6 mil millones de ganancia sólo durante los últimos tres años.

¿Pueden algunos de estos retiros, recorte de empleos y ganancias estar relacionados? Por supuesto que no, dice William Weldon, Gerente General de Johnson & Johnson. El año pasado declaró que J&J no tenía “problemas sistémicos”.

Tal vez tenga razón. Es probable que el principal problema de Johnson & Johnson sea la codicia personal de Weldon. En 2007, el Gerente General “reestructuró” la compañía y disminuyó los controles de calidad corporativa de J&J en un 35 por ciento. Los siguientes dos años, un congelamiento laboral volvió casi imposible reemplazar nuevos puestos de calidad vacantes.

Esas jugadas pronto retribuyeron grandes dividendos, para Weldon. Se llevó a casa $25,6 millones en 2009. Luego siguieron todos los retiros del mercado y otros varios escándalos, desde sobornos hasta mercadeo de drogas ilegales. ¿Cuál fue la respuesta de la junta de Johnson & Johnson? La compañía redujo la paga anual de Weldon, a $23,2 millones.

El verano pasado, un tribunal especial de investigación miembro de la junta de J&J absolvió a Weldon y sus compañeros de gestión de cualquier culpa por los retiros del mercado de la compañía. El tribunal explicó: “la gerencia nunca dictó ninguna orden para sacrificar la calidad por la producción”.

Un análisis de Associated Press señaló que Weldon también es presidente de la junta de Johnson & Johnson y, como tal, designó a varios de los miembros de la junta de J&J en sus actuales puestos.

5/ Lloyd Blankfein: obstaculizar a las hermanas

Hace dos años, el banquero más popular de Wall Street, Lloyd Blankfein de Goldman Sachs, le comentó con picardía a un periodista británico que el “hacía el trabajo de Dios”.

Aparentemente Dios paga bien. En 2007, en la víspera del colapso financiero, los bancos como Goldman hicieron mucho para levantarse, Blankfein recibió un bono de $68 millones, el más grande en la historia de Wall Street. El año pasado su bono alcanzó los $54 millones.

En otras palabras, Blankfein ha hecho más que sólo su trabajo para ayudar a que New York sea una de las ciudades con más desigualdad. En 2011, Blankfein tuvo la oportunidad de tocar el botón para reiniciar. Pero, no lo hizo.

En abril, un documento de Goldman Sachs reveló que Blankfein, luego de dos años sin recibir un bono en efectivo, se había engullido uno de $5,4 millones por el último año fiscal del banco. Y mucho más en premios de acciones y salario. Su paga total del año: $19 millones, casi el doble de la paga total del año anterior.

En mayo, en la reunion annual de Goldman Sachs, Blankfein enfrentó la resolución de unas accionistas, presentada por cuatro grupos de monjas, que inició una investigación para determinar si el salario ejecutivo en la firma calificaba como “excesivo”.

Blankfein no parecía creer que la investigación fuera una buena idea. En aquel momento contaba con acciones de Goldman valuadas en $527,6 millones. Blankfein y sus aliados harían que la resolución de las monjas no sobreviviera a la votación de los accionistas.

4/ Alan Mulally: reducir la compañía

Alan Mulally asumió el reinado de la gerencia general de Ford Motor en 2006. Durante los tres primeros años, Ford perdió $30 mil millones. Durante los últimos dos, Ford recuperó $9,3 mil millones y esa ganancia ha sido el motivo de un festejo corporativo, y de un beneficio inesperado para Mulally.

En marzo, Ford entregó al Gerente General $56,5 millones en acciones y, un mes después, anunció que el último año se le redujo a Mulally bajó otros $26,5 millones de la paga anual. Esa cantidad equivale a 910 veces el pago de los trabajadores principiantes de Ford. Ellos habían estado ganando, desde una concesión en 2007, sólo $14 por hora.

El presidente de la Unión de Trabajadores de la Industria Automotriz, Bob King, cree que la cantidad de dinero que Mulally se lleva a casa es “moralmente incorrecta”.

Otro líder de la Unión de Trabajadores de la Industria Automotriz que representa a los trabajadores de Canadá añadió: “es excesivo que a un Gerente General se le pague tanto dinero como resultado, francamente, de reducir tanto una compañía”.

3/ Larry Ellison: amor por los bienes inmuebles

¿Cuánto incentivo para “trabajar” necesita Larry Ellison, el Gerente General del gigante de los software Oracle? Aparentemente $77,6 millones. Eso ganó Ellison durante el año fiscal de Oracle que terminó el pasado 31 de mayo.

Ese monto añadió menos de dos décimos del 1 por ciento de la fortuna personal de $39,5 mil millones de Ellison, la quinta más grande del mundo.

¿Por qué, a esta altura, Oracle se molesta en repartir más botín para Ellison? Según el comité de remuneración de la junta de Oracle, sus constantes premios dependen de una "evaluación subjetiva del desempeño del Sr. Ellison, las contribuciones exclusivas que hace a Oracle como fundador y otros factores”.

Entre estos “otros factores” se encuentra el mantenimiento anual de al menos 15 residencias personales de Ellison. Ese mantenimiento tal vez esté afectándole al multimillonario. O, tal vez es sólo aburrimiento. El otoño pasado Ellison puso a la venta una casa y granja con caballos de 6,9 acres que posee en el norte de California.

Ellison pide $19 millones por la propiedad. Pagó $23 millones por ella en 2005, pero los $4 millones que pierde no le significan un gran problema. La pérdida representaría un centésimo del 1 por ciento de su fortuna.

2/ Don Blankenship: preparándose para volver

En mayo pasado, los investigadores del estado de West Virginia, descubrieron que Massey Energy era la única firma responsable de la explosión de 2010 que dejó 29 mineros muertos en la mina de carbón Upper Big Branch de la compañía. Se comprobó que el equipo del Gerente General de Massey, Don Blankenship, ha cultivado una “corrupción cultural en la producción a expensas de la seguridad”.

A principios de este mes, los reguladores federales estuvieron de acuerdo. Descubrieron "esfuerzos sistemáticos, intencionales y agresivos” para no acatar las reglas de seguridad básicas. Bajo el control de Blankenship, los gerentes de Massey mantenían dos grupos de libros, uno exacto para uso interno y otro falso para los reguladores.

El oficial de seguridad minera federal señaló: “cada vez que Massey envía mineros a la Mina UBB, pone la vida de esos mineros en riesgo”.

Ese riesgo valió enormemente la pena para Blankenship. Cobró $38,2 millones entre 2007 y 2009, después $34 millones en 2005 y se jubiló el pasado diciembre con una pensión de $5,7 millones, $12 millones en indemnización por cese, otros $27,2 millones en pago a plazos y un exuberante contrato de asesoramiento.

¿Qué hay de las familias de los mineros muertos? Los fiscales federales han llegado a un acuerdo con Alpha Natural Resources, la compañía que compró Massey el pasado junio, para darles $1,5 millones a cada familia.

Blankenship todavía puede enfrentar cargos criminales. Pero es más probable que lo veamos nuevamente en el negocio minero. El multimillonario jubilado firmó papeles de incorporación del estado de Kentucky que lo identifican como el presidente de una nueva compañía denominada McCoy Coal Group Inc. ¿Quién dice que Blankenship no tiene corazón? Resulta que “McCoy” es el apellido de la familia de su madre.

1/ Mark Pincus: cosechar lo que se siembra en FarmVille

Mark Pincus, el capitalista aventurero que posee el gigante de juegos en línea Zynga, quiere tener todo: el dinero y el poder. Pincus apareció a principios de 2011 para conseguir las dos cosas.

Pincus, de 45 años de edad, estuvo los últimos cuatro años creando Zynga, y un sorprendente alboroto en Wall Street. Los analistas vaticinaban que la oferta inicial de acciones públicas de Zynga podría ser la más exitosa después de Google.

Algunos analistas incluso emitieron cifras de $20 mil millones por el valor neto corporativo total de Zynga. ¿Cuál fue la ganancia neta personal de Pincus? Forbes la calcula en $2 mil millones.

El pasado marzo, en un adelanto de la oferta pública inicial que vendría, Pincus vendía varias de sus acciones de Zynga y despejaba $110 millones.

Esta venta lucrativa no redujo la propiedad de Pincus sobre Zynga. El MBA de Harvard había estructurado las acciones de la compañía de manera que fuera el único dueño de las “acciones clase C" de Zynga, acciones que tienen 70 veces más poder de votación que las acciones regulares de la empresa. En cualquier otro espacio en la industria de la alta tecnología, las acciones especiales suelen tener sólo diez veces el poder de votación de las acciones regulares.

Pero luego todo empezó a deshacerse.

Los emprendimientos de alta tecnología suelen atraer talentos ofreciendo acciones, y Pincus había hecho justamente eso con Zynga. Pero aparentemente decidió, con la gran oferta pública inicial pendiente, que había vendido demasiadas acciones.

A principios de noviembre, el Wall Street Journal reveló que la gerencia de Zynga había exigido que varios empleados “devolvieran” las acciones o “serían despedidos”.

En respuesta a la historia del Journal, Pincus emitió lo que resultó ser una completa ambigüedad. Pero otros informes posteriores pronto harían énfasis en la imagen de Zynga más como un tiburonario que como una sala tranquila de jugadores inspirados.

El New York Times describía el espacio de trabajo de Zynga como un lugar “desordenado y despiadado” lleno de “arrebatos de ira del Sr. Pincus, amenazas de los líderes senior y momentos en los que los trabajadores explotaban en llanto”.

Esta noticia había sido tan popular que Securities and Exchange Commission, el perro guardián federal de Wall Street, le había señalado a Zynga que dejara de usar algunas “medidas no tradicionales" que podrían confundir a los inversores.

Las personas con información privilegiada de la industria también empezaron a cuestionar el supuesto genio comercial estratega de Pincus. El futuro de los juegos en línea, señalaron los analistas, depende del mercado móvil. Otras compañías en el mercado se estaban comiendo el almuerzo de Zynga.

Y esas otras compañías no querían tener nada que ver con Pincus. Muchos, incluyendo al creador de Angry Birds, rechazaron las ofertas de Zynga para comprarlos, temiendo que la “personalidad difícil de Pincus y el control con mano dura” hicieran del talento una batalla cuesta arriba.

A principios de diciembre, entre el torrente de noticias negativas, Pincus y Zynga acordaron que la compañía no pediría más de $10 por acción en su próxima oferta pública inicial. Eso puso al valor total de la compañía en aproximadamente $7 mil millones, sólo un poco más de una tercera parte del valor estimado que había circulado anteriormente durante el año.

Pincus, nuestro estadounidense más codicioso de 2011, todavía insiste en que solamente está creando una “meritocracia” en Zynga. La pregunta que no puede responder: ¿Qué ha hecho él, o cualquier otra persona, para ser digno de mil millones de dólares?

*Sam Pizzigati edita Too Much, el semanal en línea sobre excesos y desigualdades publicado por el Institute for Policy Studies de Washington D.C.

Traducción para www.sinpermiso.info: Brenda Ramírez Goñi

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dilluns, 12 de desembre del 2011

MICHAEL T.KLARE: Jugando con fuego. Obama amenaza a China

MICHAEL T.KLARE*

En lo que respecta a su política para con China, ¿no está la administración Obama saltando de una sartén caliente directamente al fuego? En un intento de darle vuelta a la página después de dos guerras desastrosas en el Gran Oriente Medio, lo que acaba de hacer Obama se aproxima a haber iniciado una nueva guerra fría en Asia, una vez más con el petróleo como clave para la supremacía global.

La nueva política señalada por el propio Presidente Obama el 17 de noviembre en un discurso ante el Parlamento australiano apunta a una visión geopolítica ambiciosa -y extremadamente peligrosa-. En lugar de centrarse en el Gran Oriente Medio, como ha sido el caso en la última década, los Estados Unidos ahora concentrarán sus poderes en Asia y el Pacífico. "Mi orientación es clara", declaró en Canberra. “En nuestros planes y presupuestos para el futuro, vamos a asignar los recursos necesarios para mantener nuestra fuerte presencia militar en esta región" Si bien los funcionarios de la administración se esforzaron en señalar que la nueva política no está dirigida específicamente a China, la implicación es clara: a partir de ahora , el foco principal de la estrategia militar estadounidense no será la lucha contra el terrorismo, sino la contención del territorio asiático, en pleno auge económico, a cualquier riesgo o costo.

Nuevo centro de gravedad del planeta

El nuevo énfasis en Asia y la contención de China son necesarios, insisten los altos funcionarios del gobierno, porque la región de Asia-Pacífico constituye, hoy por hoy, el "centro de gravedad" de la actividad económica mundial. Mientras los Estados Unidos se empantanaron en Irak y Afganistán, señala el argumento, China tuvo el margen de maniobra para extender su influencia en la región. Por primera vez desde el final de la Segunda Guerra Mundial, Washington no es el actor económico dominante allí. Si los Estados Unidos han de mantener su título de potencia mundial dominante, es necesario, según este pensamiento, restablecer su primacía en la región y hacer retroceder la influencia china. En las próximas décadas, no habrá tarea de política exterior, según dicen, más importante que esta.

En línea con su nueva estrategia, la administración ha implementado una serie de acciones para fortalecer el poderío norteamericano en Asia, y así poner a China a la defensiva. Estas acciones incluyen la decisión de movilizar una fuerza de 250 infantes de marina estadounidenses –a incrementarse a 2.500 en el futuro– a una base aérea australiana en Darwin, en la costa norte de ese país; y la adopción, el 18 de noviembre, de la "Declaración de Manila", que no es más que un compromiso de estrechar los lazos militares entre los EE.UU. y las Filipinas.

Al mismo tiempo, la Casa Blanca anunció la venta de 24 aviones de combate F-16 a Indonesia y una visita de Hillary Clinton a la aislada Birmania, un viejo aliado de China, la primera visita de un secretario de Estado estadounidense en 56 años. Clinton también habló de un mayor acercamiento diplomático y militar con Singapur, Tailandia y Vietnam, todos ellos países vecinos de China o en rutas de comercio clave para la importación de materias primas y la exportación de productos manufacturados.

Tal como lo representan los funcionarios del poder ejecutivo estadounidense, estas acciones están destinadas a maximizar las ventajas de los Estados Unidos en los ámbitos diplomático y militar en un momento en que China domina el ámbito económico regional. En un reciente artículo en la revista Foreign Policy, Clinton sugirió que tras años de debilitamiento económico, los Estados Unidos ya no pueden esperar prevalecer en múltiples regiones de forma simultánea sino que deben elegir cuidadosamente sus campos de batalla y desplegar con cautela sus limitados recursos –la mayoría de ellos de carácter militar– para obtener el máximo provecho. Dada la centralidad estratégica de Asia para el poderío global, esto significa concentrar allí los recursos.

"Durante los últimos 10 años", escribió Clinton, "hemos dado ingentes cantidades de recursos a [Irak y Afganistán]. En los próximos 10 años, debemos ser inteligentes acerca de dónde invertimos nuestro tiempo y energía, de forma que logremos la mejor posición posible para mantener nuestro liderazgo [y] proteger nuestros intereses... Una de las tareas más importantes de la política extranjera de los Estados Unidos en los próximos diez años será el asegurar una mayor inversión –diplomática, económica, estratégica y demás– en la región Asia-Pacífico".

Esa forma de pensar, con un enfoque claramente militar, parece peligrosamente provocativa. Los pasos anunciados implican una creciente presencia militar en las aguas fronterizas con China y un importante acercamiento en las relaciones militares con los vecinos de ese país, movimientos que ciertamente elevarán los niveles de alerta de Beijing y endurecerán el puño del círculo de gobierno (sobre todo en la cúpula militar china), que favorecen una respuesta más activa, militarmente hablando, a las incursiones estadounidenses. Cualquier forma que esto tome, una cosa es cierta: los directivos del número dos del mundo en poder económico no permitirán que se les vea débil e indecisos ante una concentración de fuerza militar estadounidense en su periferia. Esto, a su vez, significa que podríamos estar sembrando las semillas de una nueva guerra fría en Asia en 2011.

El incremento de la presencia militar de estadounidense y la posible respuesta china ya han sido objeto de debate en la prensa americana y asiática. Pero existe una dimensión crucial de esta incipiente lucha que no ha recibido ninguna atención: la medida en la cual las recientes acciones en Washington son el resultado de un nuevo análisis de la ecuación energética global, que revela (según lo entiende la administración Obama) una mayor vulnerabilidad de la parte china y nuevas ventajas para Washington.

La nueva ecuación de la energía

Durante décadas, los Estados Unidos han sido muy dependientes de las importaciones de petróleo, en gran medida desde Oriente Medio y África, mientras que China era en gran parte autosuficiente. En 2001, Estados Unidos consumió 19,6 millones de barriles de petróleo por día, mientras que sólo produjo 9 millones de barriles por día. La dependencia de proveedores extranjeros para el déficit de esos 10,6 millones de barriles por día es una fuente de constante preocupación para los políticos de Washington. Y la respuesta tradicional ha sido crear los lazos militares más fuertes con los productores de petróleo del Medio Oriente y recurrir a la guerra de vez en cuando para garantizar el suministro.

Por otro lado, en 2001, China consumió solamente cinco millones de barriles por día y con una producción nacional de 3,3 millones de barriles, sólo tuvo que importar 1,7 millones de barriles. Esas cifras frías y duras hacían que su liderazgo se preocupara menos por la fiabilidad de sus principales proveedores extranjeros y, por lo tanto, no tenía necesidad de imitar los tejes y manejes en política exterior en los que Washington siempre está involucrado.

Ahora, el gobierno de Obama ha concluido que la situación está empezando a voltearse. Como resultado de la pujante economía de la China y el surgimiento de una importante y creciente clase media (que ya ha empezado a comprar sus primeros coches), el consumo de petróleo del país se está disparando: según las últimas proyecciones del Departamento de Energía de los Estados Unidos, pasará de 7,8 millones de barriles por día en 2008, a 13,6 millones de barriles en 2020, y a 16,9 millones en el 2035. Por otro lado, se espera que la producción nacional de petróleo crezca de 4,0 millones de barriles diarios en 2008 a 5,3 millones en 2035. No es de extrañar, entonces, que las importaciones chinas tengan que crecer de 3,8 millones de barriles por día en 2008 a un proyectado 11,6 millones en 2035, momento en que superará a las de los Estados Unidos.

Entretanto, los Estados Unidos podrían mejorar su situación energética. Gracias al aumento de la producción en “áreas de difícil extracción” (o tough-oil areas en inglés) en los Estados Unidos, incluyendo los mares del Ártico en Alaska, las aguas profundas del Golfo de México, y formaciones de esquisto, en Montana, Dakota del Norte y Texas, se espera que disminuyan las importaciones futuras, a pesar del aumento en el consumo de energía. Además, es probable que la producción en el hemisferio occidental aumente para reemplazar a las fuentes de Oriente Medio o África. Una vez más, esto será posible gracias a la explotación de áreas de petróleo de difícil extracción, incluyendo las arenas de alquitrán de Athabasca en Canadá, los campos de petróleo en las profundidades del Atlántico brasileño, y regiones ricas en petróleo de una Colombia pacificada. De acuerdo con el Departamento de Energía, la producción combinada de los Estados Unidos, Canadá y Brasil aumentaría en 10,6 millones de barriles por día entre 2009 y 2035, un salto enorme, considerando que la mayoría del mundo espera presenciar un descenso de la producción.

¿A quien pertenecen estas rutas marítimas?

Desde una perspectiva geopolítica, todo esto parece conferir una ventaja real sobre los Estados Unidos, aún cuando China se convierte cada vez más vulnerable a los caprichos de los acontecimientos en, o a lo largo de, las rutas marítimas a tierras lejanas. Significa que Washington será capaz de contemplar una relajación gradual de sus lazos militares y políticos con los estados petroleros de Oriente Medio que han dominado la política exterior durante tanto tiempo y ha conducido a esas guerras tan devastadoras y costosas.

De hecho, tal como dijo en Canberra el presidente Obama, los EE.UU. están ahora en condiciones de comenzar a reorientar sus capacidades militares. "Después de una década en la que luchamos dos guerras que nos costaron muy caro", declaró, "los Estados Unidos estamos ahora mirando al vasto potencial de la región Asia-Pacífico".

Para China, todo esto significa un posible deterioro de su posición estratégica. Si bien en el futuro una parte importante del petróleo importado por China viajará por tierra a través de oleoductos desde Kazajstán y Rusia, la mayor parte seguirá llegando en buques tanque desde el Oriente Medio, África y América Latina, por rutas marítimas vigiladas por la Marina de los Estados Unidos. De hecho, casi todos los buques petroleros que van a China viajan a través del Mar del Sur de China, un cuerpo de agua que la Administración Obama ahora busca poner bajo control naval efectivo.

Al asegurar el dominio naval del Mar del Sur de China y aguas adyacentes, el gobierno de Obama pretende adquirir el equivalente del siglo XXI al chantaje nuclear del siglo XX. Si nos empujan demasiado, por implicaciones de la política, nos veremos obligados a poner de rodillas a su economía, mediante el bloqueo de sus vías de suministro de energía. Por supuesto, nunca dirán nada de esto en público, pero es inconcebible que los funcionarios de la administración no estén pensando en estos términos, y hay evidencia de que los chinos están seriamente preocupados por este riesgo como lo indica, por ejemplo, sus frenéticos esfuerzos para construir gasoductos tremendamente caros a través de toda Asia hasta la cuenca del Mar Caspio.

A medida que se aclaran los nuevos planes estratégicos de Obama, no puede haber ninguna duda de que el liderazgo chino tomará medidas para garantizar la seguridad de las líneas de suministro de energía. Algunas de estas acciones, sin duda, serán económicas y diplomáticas, incluyendo, por ejemplo, esfuerzos para cortejar a actores regionales, como Vietnam e Indonesia, así como a los principales proveedores de petróleo como Angola, Nigeria y Arabia Saudita. Pero no nos equivoquemos: otras serán de carácter militar y es inevitable una acumulación significativa de fuerzas de la marina de guerra china –aunque todavía pequeña y atrasada en comparación con la flota de los Estados Unidos y sus principales aliados–. Del mismo modo, podemos estar seguros de que China estrechará sus lazos militares con Rusia y con los estados miembros de la Organización de Cooperación de Asia Central de Shangai (Kazajstán, Kirguistán, Tayikistán y Uzbekistán).

Además, Washington podría estar ahora provocando el comienzo de una verdadera carrera armamentista en Asia, al estilo de la de la guerra fría, que ninguno de los dos países puede costear en el largo plazo. Todo esto es probable que conduzca a una mayor tensión y riesgo de una escalada involuntaria que derive en incidentes futuros y que involucre buques de los Estados Unidos, de China y aliados -como el que ocurrió en marzo de 2009 cuando una flotilla de buques de guerra chinos rodearon a un barco de vigilancia anti-submarinos estadounidense, el Impeccable, y que casi ocasiona un intercambio de fuego. A medida que más buques de guerra circulan de forma cada vez más provocadora a través de estas aguas, crece el riesgo de que se produzca este tipo de incidentes.

Pero los riesgos potenciales y los costos de esta política primordialmente militar hacia la China no se restringen a Asia. En su intento de promover una mayor autosuficiencia estadounidense en la producción de energía, la administración Obama puso su sello de aprobación a varias técnicas de producción –perforación en el Ártico, perforación profunda en alta mar, la fractura hidráulica- que está garantizado que causarán más catástrofes ambientales al estilo del Deepwater Horizon. Una mayor dependencia de las arenas alquitranadas canadienses, la fuente de energía más "sucia", se traducirá en mayores emisiones de gases de efecto invernadero y una multitud de otros peligros ambientales, mientras que la producción de petróleo profundo del Atlántico frente a las costas de Brasil y otras partes, tiene su propio conjunto sombrío de peligros.

Todo esto asegura que, ambiental, militar y económicamente, nos encontraremos en un mundo más, y no menos, peligroso. Es entendible el deseo del gobierno estadounidense de alejarse de las desastrosas guerras terrestres en el Gran Medio Oriente para tratar cuestiones clave en Asia, pero elegir una estrategia que pone tan fuerte énfasis en el dominio y la provocación militar solo puede provocar una respuesta del mismo tipo. Difícilmente se puede considerar un camino prudente, y mucho menos que promueva los intereses de los Estados Unidos en el largo plazo, en un momento en que la cooperación económica mundial es crucial. Y sacrificar el medio ambiente para lograr una mayor independencia energética no tiene ningún sentido.

Una nueva guerra fría en Asia y una política energética hemisférica que podría poner en peligro el planeta: es esta una mezcla fatal que se debe reconsiderar antes de que ocurra la confrontación y nos deslicemos hacia un desastre ambiental irreversible. No hay que ser adivino para saber que esta no es la definición de lo que significa ser un buen estadista sino la de una “marcha hacia la locura”.

*Michael T. Klare es profesor de estudios sobre paz y seguridad mundial en Hampshire College, un colaborador regular de TomDispatch, y el autor, más recientemente, de Rising Powers, Shrinking Planet. Una versión de la película documental del libro Blood and Oil, está disponible en la Media Education Foundation.

Font principal de la notícia: SINPERMISO

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divendres, 2 de desembre del 2011

De la ciberguerra a la ciberdefensa activa

LA PUPILA INSOMNE

Al centro, Rosa Miriam Elizalde en el panel sobre Ciberguerra del Taller sobre medios alternativos y redes sociales que se efectúa en La Habana

En la tarde de este 29 de noviembre, el taller “Los medios alternativos y las redes sociales, nuevos escenarios de la comunicación política en el ámbito digital”, que sesiona en la capital cubana, acogió el panel “Ciberguerra: principales manifestaciones y ejemplos de agresión” que tuvo como ponentes a Rosa Miriam Elizalde (editora de Cubadebate), y José Manzaneda (coordinador de Cubainformación) y fue moderado por el editor de La pupila insomne, Iroel Sánchez.

Previo al panel, Ysmel Serrano, jefe de la sala situacional @chavezcandanga había realizado una documentada exposición sobre la experiencia de trabajo en la red social Twitter del presidente venezolano Hugo Chávez.

Todas las intervenciones y en especial la de Rosa Miriam Elizalde, que publicamos acá por cortesía de su autora con La pupila insomne, se concentraron en la necesidad de estructurar una estrategia de ciberdefensa activa frente a las acciones de ciberguerra que desde los centros de poder que controlan Internet se desarrollan contra los proyectos que desafían el capitalismo.

La palabra ha terminado siendo un comodín que sirve para todo, incluso para distraernos entre fuegos fatuos, o peor, paralizarnos. Pero “ciberguerra” no es cualquier cosa, sino una guerra en el más clásico sentido de la palabra, en la que intervienen Estados, ejércitos y servicios secretos en una nueva ecología, la de las redes digitales, que mediatiza los conflictos y ha aportado sus propios instrumentos, pero no ha modificado sustancialmente la conciencia del hombre. Y nadie duda de que esta guerra real, durísima, mata cada día a cientos de personas en Afganistán, Iraq, Paquistán, Libia, Yemen, la frontera mexicana y dondequiera que utilizan los drones, esos robots asesinos de la CIA dirigidos por jugadores de nintendo, que se cargan con un clic a seres de carne y hueso a cientos de kilómetros de los dedos que aprietan el gatillo.

Pero los halcones del Pentágono y Hollywood intentan todos los días alucinarnos con los artefactos de guerra y alimentan la idea de los peligros y los monstruos cibernéticos que reptan por la red. Para protegernos de los ciberterroristas siempre tienen a la mano versiones mejoradas de RoboCop y Terminator, que justifican presupuestos mil millonarios y generan alarma y competencia en todo el mundo.

El libro más vendido sobre la ciberguerra -Cyber War, de Richard Clarke- predice un ataque catastrófico contra la “infraestructura crítica” de Estados Unidos, que no duraría más de 15 minutos. Los virus informáticos harán caer los sistemas militares, explotarán las refinerías de petróleo y los oleoductos; colapsarán los sistemas de control del tráfico aéreo; se descarrilarán los trenes; se mezclarán todos los datos financieros; caerá la red eléctrica y se descontrolará la órbita de los satélites. Clarke, zar antiterrorista de Clinton y de Bush, es ahora el consultor principal de una firma de seguridad informática, contratista del gobierno de EE.UU., que como otras muchas están haciendo su agosto con campañas de miedo que generan un incremento del gasto estatal en blindaje de redes.

Bajo el paraguas de la ciberguerra se incluyen experiencias que no tienen que ver necesariamente con agresiones militares y que han existido siempre, como el espionaje, la delincuencia, la subversión, la propaganda sucia y el control social. La Internet -columna vertebral del ciberespacio- es solo una extensión simbólica de la realidad. Por tanto, ante los hechos que allí se expresan hay que aprender a lidiar primero con los fenómenos del mundo físico para entender las sombras que este proyecta, o de lo contrario podríamos terminar creyéndonos que es legítimo dispararle un misil al ladrón de una caja registradora.

II

No parece desinteresada esta alteración del concepto “ciberguerra”. Las predicciones apocalípticas en relación con el ciberterrorismo realizadas por las agencias de seguridad estadounidenses se inscriben dentro de una campaña que tiene como objetivo limitar la privacidad de los ciudadanos y ampliar los poderes de esos organismos para espiar e intervenir las comunicaciones de personas consideradas sospechosas, en cualquier lugar del planeta.

Estas estrategias nos recuerdan la Guerra de las Galaxias de Reagan, que desgastó la economía soviética en una competencia tecnológica irracional con EEUU, disparó la paranoia y alejó a la URSS no solo de las necesidades de su propia sociedad, sino de los procesos de innovación del mundo. La Guerra de las Galaxias no llegó a ser nunca militar, porque se concibió como una guerra sicológica, tecnológica y económica. Y ya sabemos quién ganó este juego.

Por otro lado, la realidad está aportando ahora mismo evidencias de que los ciberguerreros de Estados Unidos no son invulnerables. A cada rato vemos en las redes sociales imágenes captadas por los drones, que han sido interceptadas desde una laptop, y nos llega la noticia de un virus informático que caotiza los aviones no tripulados, vedette tecnológica de las guerras de Obama. Peor aún, en el mismo momento en que se anunciaba la entrada a plena capacidad operativa del Cibercomando de los Estados Unidos, con sus 90 000 efectivos -cifra oficial que ninguna institución independiente ha confirmado-, Wikileaks filtraba los cables del Pentágono y del Departamento de Estado, una cascada de documentos confidenciales que apuntaban al corazón de las operaciones militares y de la política exterior de Estados Unidos.

No estoy minimizando el peligro de los instrumentos represivos del poder transnacional, que son tan poderosos como reales. Intento llamar la atención sobre la necesidad de asumir críticamente la revolución tecnológica que vivimos y las instituciones e instrumentos que van apareciendo en su entorno, para no perder la oportunidad de comprender mejor la dimensión social de este proceso y cómo nos afecta, y para asegurarnos de no reforzar las estructuras de dominación. La información necesaria para poder tomar la decisión de confiar en alguien o algo, depende de que sepamos qué es lo que sucede ahí afuera.

El ciberespacio es inevitable y, como han comprendido muy bien los halcones de la guerra, un territorio ocupado por miles de millones de personas debe ser controlado y militarizado con suma urgencia, y por eso están replicando las estructuras del mundo físico en el universo digital. Pero el deseo no es necesariamente la realidad. El espacio físico compuesto por átomos y moléculas se puede encerrar en alguna parte -una botella, un planeta, una galaxia-, pero el espacio virtual de los bits y los bytes es conocimiento, inteligencia y sentimientos. La única manera de enjaular esos elementos de la conciencia es despojándola de la ética.

III

Mientras las transnacionales de las telecomunicaciones aumentan su poderío económico vendiendo todo tipo de artefactos y haciendo negocios con la ciberseguridad, en la lógica social crece la capacidad de interacción civil, cierta independencia de los medios tradicionales y un renovado poder contracultural.

El acceso tiende a resolverse con celulares y computadoras cada vez más baratos. Hoy la penetración de la Internet y del celular en África sobrepasa el 2 000 % comparado con los datos de hace una década. El celular, un artículo de lujo hace poco más de una década, es de uso común, al punto de que, según datos de la Unión Internacional de Telecomunicaciones, sólo el 10 por ciento de la población mundial no usa teléfono móvil[1]. Si ya somos 2 mil 200 millones de personas interconectadas en el mundo, en menos de cinco años ese número lejos de estancarse habrá aumentado exponencialmente, incluyendo la producción de servicios y la interacción de gente que no provendrá precisamente de Europa y América del Norte, sino de China, India y Sudamérica, consumidores potenciales de productos y símbolos de la cultura dominante que a la vez suelen ser convertidos en instrumentos de rebeldía.

De hecho, países que hace 20 años integraban un bloque perfectamente definido como Tercer Mundo, hoy tienen más internautas que América del Norte y Europa, las regiones que marcaron el crecimiento de la Red de Redes en los primeros 10 años del boom de la web. Estados Unidos y Europa, por ejemplo, tienen 721 millones de conectados, mientras China, India y América Latina juntos poseen 792 millones.

Esta interacción social está generando su propio espacio político. “No es lo mismo el tipo de oposición física que se le presentaba al capitalismo industrial, que el tipo de oposición intelectual que se le presenta al capitalismo actual. Antes los obreros se resistían a la explotación, ahora –sobre todo los jóvenes– se preservan de la alienación”, escribía recientemente[2] Fernando Peirone, pedagogo e investigador argentino, y añadía:

Ocupa Wall Street, el 15-M de España y las rebeliones en los países árabes forman parte de esta lucha, y aunque estos movimientos no logran componer una alternativa, porque en la actualidad tienen más poder desestabilizador que instituyente, manifiestan un descontento estructural que más temprano que tarde habrá de representar una alternativa efectiva.

Cualquier aproximación seria a las estadísticas actuales de penetración de Internet y telefonía digital, nos lleva a la conclusión de que brecha digital no es igual a brecha económica. La brecha digital depende del acceso al capital cultural. Depende del conocimiento y los valores culturales de los individuos, y si bien la conectividad puede servir para expresar cierto estándar de vida, no es una variable que obligatoriamente establece niveles de inclusión, como mismo no define la pertenencia a una determinada clase social poseer un aparato de radio o de televisión en nuestros días.

IV

A la ciberguerra -en el sentido militar o social del término, si lo prefieren- solo se le puede oponer la ciberdefensa activa, un concepto que tenemos que acabar de articular sin retóricas y sin ingenuidades, con la certeza de que no se podrá superar el modelo imperial en estas nuevas circunstancias desde la ignorancia o el prejuicio.

Solo el conocimiento nos dará las alternativas y los instrumentos liberadores en escenarios que hay que estudiar para poder comprenderlos, en los que tenemos que estar para llegar a saber cómo funcionan y para transformarlos. Es en ese espacio y no en otro donde debemos elaborar un pensamiento revolucionario que refuerce los lazos de interacción y colaboración con los que ya están ahí y se oponen por distintas vías a la locura posmoderna de la conciencia teledirigida y a la evangelización digital, que pretende hacernos creer que un software es una red social, que una cosa es un ser humano.

Nuestras luchas necesitan análisis de los muchos factores y dinámicas que transforman la red permanentemente. Necesitamos identificar con agilidad las acciones del enemigo, modelar las alternativas y dotar a nuestros movimientos de un instrumental científico que nos permita pasar a la ofensiva. Ese esfuerzo tiene también que dar garantías de seguridad a nuestros movimientos en la red y establecer sinergias con los expertos informáticos, cada vez más criminalizados y obligados a formar parte del gobierno mundial y de sus sistemas de vigilancia y control.

Para lograrlo hay que proponérselo de veras, empezando quizás en este mismo foro por hacernos unas cuantas preguntas:

¿Dónde está nuestro observatorio o red que reúna, comparta y estudie las experiencias de resistencia en Internet?

¿Por qué todavía no existe un equivalente de Telesur para la Red de Redes?

¿Que estrategias de visibilidad, cooperación y alianzas existen en nuestros medios?

¿Sabemos qué hacer en caso de agresión o censura contra un blog, una web o una cuenta en una red social? ¿Cómo nos defendemos?

¿Por qué el ALBA no se ha propuesto levantar su propio backbone o sistema troncal de Internet que ofrecería mayor seguridad y privacidad a los países que lo integran, cada vez más interconectados y dependientes de operadores que gestionan la conexión y que suelen plegarse a las decisiones imperiales?

¿Tenemos servicios de seguridad informática propios, verdaderamente confiables?

¿Existe conciencia de que la dependencia tecnológica de sistemas propietarios es una de las mayores vulnerabilidades para los movimientos progresistas? ¿Qué experiencias podemos compartir al respecto?

¿Dónde está el debate para modificar regulaciones vigentes que extienden extraterritorialmente las normativas del gobierno y las empresas norteamericanas?

¿Qué resguardos legales existen para proteger nuestras acciones en la Red?

¿Qué sabemos del empleo de los sistemas criptográficos e incluso de los elementos básicos de protección de nuestros medios tecnológicos?

¿Y los centros de datos seguros? ¿Destinamos recursos para ello?

De lo que se trata, compañeros, es de poner el concepto de Ciberguerra en su justo lugar, y a la Ciberdefensa activa entre nuestra prioridades, metiéndonos de cabeza, responsablemente, en ese mundo que llegó para quedarse, que no podemos eludir y que en definitiva cada vez es más nuestro.

Y no olvidemos, por favor, esa certeza que ha movido a los revolucionarios de todas las épocas y recordaba en un texto memorable José Saramago: “Es cierto que existe una terrible desigualdad entre las fuerzas materiales que proclaman la necesidad de la guerra y las fuerzas morales que defienden el derecho a la paz, pero también es cierto que, a lo largo de la Historia, sólo con la voluntad de los hombres la voluntad de otros hombres ha podido ser vencida”. [3]

Notas:

[1] Vea Informe de la Unión Internacional de Telecomunicaciones del 2011 en http://www.itu.int/ITU-D/ict/facts/2011/material/ICTFactsFigures2011.pdf

[2] Fernando Peirone: “Sobre los malentendidos de la Política 2.0”, Cubadebate, 7 de noviembre de 2011.

[3] José Saramago: “Una inagotable esperanza”. En http://saramago.blogspot.com/2005/05/una-inagotable-esperanza.html

Tomado de La pupila insomne

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